¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

°
2 de Agosto,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

"Motosierra y desregulación son nuestra hoja de ruta"

El secretario de Transformación del Estado, explicó la política de recortes y desburocratización.

Sabado, 07 de junio de 2025 00:00
Maximiliano Fariña | Brindó sus declaraciones en "El Matutino" del streaming de El Tribuno de Jujuy.

El secretario de Transformación del Estado y Función Pública, Maximiliano Fariña, dejó en claro en su entrevista con el ciclo online "El Matutino" de El Tribuno de Jujuy que su gestión se basa en un plan claro y contundente: aplicar la "motosierra" para reducir el gasto público, bajar impuestos y desregular la economía para devolverle a cada argentino la libertad de decidir qué hacer con su dinero. Con un enfoque que prioriza la eficiencia y la transparencia, Fariña aseguró que el gobierno avanza en "eliminar las trabas burocráticas que han asfixiado a los ciudadanos y a las empresas durante años" y remarcó que el objetivo central es lograr un Estado más chico, pero más efectivo.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

El secretario de Transformación del Estado y Función Pública, Maximiliano Fariña, dejó en claro en su entrevista con el ciclo online "El Matutino" de El Tribuno de Jujuy que su gestión se basa en un plan claro y contundente: aplicar la "motosierra" para reducir el gasto público, bajar impuestos y desregular la economía para devolverle a cada argentino la libertad de decidir qué hacer con su dinero. Con un enfoque que prioriza la eficiencia y la transparencia, Fariña aseguró que el gobierno avanza en "eliminar las trabas burocráticas que han asfixiado a los ciudadanos y a las empresas durante años" y remarcó que el objetivo central es lograr un Estado más chico, pero más efectivo.

"Nosotros resumimos nuestro trabajo en dos palabras: motosierra y desregulación", afirmó Fariña al explicar los pilares de su gestión. Para el funcionario, el ajuste no significa necesariamente recortar sin criterio, sino optimizar recursos para "devolverle al ciudadano la plata que es suya y que durante décadas el Estado le sacó a través de impuestos excesivos y regulaciones absurdas". Según el Secretario, en un año y medio de trabajo se redujo la planta de empleados públicos en 50.000 personas, lo que generó un ahorro de 2.000 millones de dólares que "no se usó para gastos superfluos, sino para bajar impuestos". Uno de los ejemplos más tangibles, detalló, es la reducción de aranceles a la importación de teléfonos celulares, que permitirá que un argentino pueda adquirir un dispositivo hasta 15% más barato que hace un año.

Desde la mirada de Fariña, la clave es que "cada persona pueda decidir qué hacer con el dinero que le pertenece, si quiere ir al cine, salir a comer, comprarse ropa o ahorrar". Para él, la libertad individual es un eje central de la transformación estatal y la principal razón para desarticular las regulaciones que, hasta ahora, "asfixiaban a las pymes y a los pequeños productores que querían crecer". En la entrevista, el funcionario fue categórico: "Hasta hace dos años, si alguien quería importar una camisa, tenía que certificar que efectivamente era de algodón, pagar un laboratorio y esperar meses de burocracia, lo que hacía que un producto textil costara el doble que en otros países". Para él, eliminar esas trabas no solo facilita el comercio, sino que impacta directamente en el bolsillo de los argentinos.

El Secretario ilustró con ejemplos cómo estas reformas impactan en la vida cotidiana. "En el norte, un productor de cítricos debía pedir permiso al Estado para exportar sus frutas y cumplir requisitos absurdos, como la forma de embolsado, el mes de cosecha o la viruta en la que se transportaba. Eso era una traba para la producción local que ahora estamos eliminando", explicó. En el caso de las sandías de Chaco, un productor no pudo exportar su fruta a Brasil porque "el Senasa le prohibió hacerlo en el embalaje que pedía el consumidor brasileño". Para Fariña, estas situaciones "atentan contra la competitividad y terminan beneficiando a unos pocos que supieron aprovechar las trabas para monopolizar el mercado".

La reducción del gasto público y la desregulación van de la mano con una premisa fiscal clara: el equilibrio de las cuentas del Estado. En este sentido, Fariña defendió la decisión del presidente Javier Milei de vetar proyectos que impliquen erogaciones no financiadas. "Si quieren proponer un aumento, que digan de dónde van a sacar los recursos. No podemos comportarnos como alguien que pide un préstamo y no lo paga", advirtió.

La inflación y el gasto público

En cuanto a la inflación, el secretario de Transformación del Estado, se mostró optimista. “Estamos logrando que el motor inflacionario se apague. Recibimos un país con una locomotora que funcionaba a carbón gracias a la emisión descontrolada del gobierno anterior. Cuando paramos de imprimir, esa locomotora siguió unos kilómetros por la inercia, pero ahora se está frenando. Estimamos que a mitad del año que viene la inflación no va a ser un problema en la Argentina”, explicó. “En los últimos 15 años, la Argentina no creció. El gasto público pasó del 30% del PBI en los 90 al 41% cuando asumimos. Y cuando uno pregunta si eso sirvió para tener mejor educación, mejor salud o más seguridad, la respuesta es no. Por eso decimos que más Estado no es mejor Estado”, afirmó. Para Fariña, el foco debe estar en fortalecer las áreas esenciales, pero evitando que el Estado sea un obstáculo para los emprendedores y las pymes. Con una visión federal y de trabajo conjunto con las provincias y municipios, Fariña dejó en claro que el Estado no puede ser “un papá que controla todo”, sino que debe enfocarse en lo esencial y permitir que la economía crezca sin trabas. “Hay normativas que hasta regulan el tamaño de las canillas de agua en los frigoríficos. Eso es ridículo. Nosotros queremos romper con el statu quo y construir una Argentina que le dé libertad a cada ciudadano para crecer”, afirmó. Con su discurso contundente, Fariña sintetizó la filosofía del gobierno: un Estado eficiente que proteja lo esencial, pero que deje de ser un lastre para la producción y el empleo. En sus palabras, “el objetivo es que cada argentino tenga el dinero en su bolsillo y sea libre de decidir qué hacer con el”. Una premisa que, según él, no solo busca cambiar la economía, si‑ no también la relación entre el Estado y la sociedad.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD