En la principal zona hortícola de tomate de Jujuy hay persistencia de alta humedad y lluvias, que crean un ambiente propicio para la proliferación de enfermedades en los cultivos. Un especialista del Inta Yuto hizo recomendaciones de manejo preventivo ante la posibilidad de problemas fitosanitarios. El ingeniero agrónomo especializado en fitopatología de la Estación Experimental Agropecuaria Inta Yuto, Ceferino Flores, sugirió aplicaciones de fungicidas y bactericidas.
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En la principal zona hortícola de tomate de Jujuy hay persistencia de alta humedad y lluvias, que crean un ambiente propicio para la proliferación de enfermedades en los cultivos. Un especialista del Inta Yuto hizo recomendaciones de manejo preventivo ante la posibilidad de problemas fitosanitarios. El ingeniero agrónomo especializado en fitopatología de la Estación Experimental Agropecuaria Inta Yuto, Ceferino Flores, sugirió aplicaciones de fungicidas y bactericidas.
La detección temprana es importante para evitar que se propague la alternaria. Recomiendan monitoreo.
"Las plantas están en riesgo de enfermarse. Entre las enfermedades más comunes en estas condiciones se encuentran la podredumbre del cuello, causada por "alternaría" y el manchado del fruto. Es fundamental alertar a los productores para que tomen medidas preventivas", explicó Flores.
Ante las lluvias incesantes, el especialista enfatizó la importancia de actuar de manera preventiva. "Apenas haya una ventana de buen tiempo, aunque sea con un poco de sol, se deben realizar aplicaciones de fitosanitarios para evitar la propagación de enfermedades", recomendó. Habitualmente, los productores aplican tratamientos semanales, pero en este contexto, es necesario intensificar las aplicaciones con un enfoque más dirigido.
Flores detalló que es clave el uso de fungicidas y bactericidas, ya que los cultivos pueden verse afectados tanto por hongos como por bacterias. Por eso, destacó que el oxicloruro de cobre es una de las mejores opciones, dado que tiene acción sobre ambos tipos de patógenos.
Actualmente, en las zonas productoras, las plantas se encuentran en pleno desarrollo y con los frutos en crecimiento por lo que su frondosidad representa un desafío adicional. "Los pequeños productores de Fraile Pintado y Chalicán utilizan un sistema de plantación conocido como 'tres bolillos', con una densidad de entre 20.000 y 22.000 plantas por hectárea. Esto genera una masa de follaje muy densa, lo que aumenta la susceptibilidad a enfermedades", explicó.
Por ello recomendó ajustar la densidad y los métodos de plantación para reducir la incidencia de estos problemas. "Las condiciones ambientales actuales favorecen la aparición de enfermedades fúngicas y bacterianas en cultivos hortícolas de tomate y pimiento en zonas como Fraile Pintado, Chalicán y Palma Sola, que se encuentran en plena producción. La mejor estrategia es la aplicación preventiva de fitosanitarios", enfatizó.
Además, instó a los productores a recorrer sus lotes y monitorear los primeros signos de enfermedad. "Es clave revisar la parte baja de las plantas en busca de lesiones negras con halo amarillo, indicativo de alternaria. Si las lesiones se presentan en los bordes de las hojas, pueden ser causadas por bacterias como Staphylococcus o Pseudomonas. Ante cualquiera de estos síntomas, es necesario actuar de inmediato con aplicaciones específicas", dijo.
Alternaria es un hongo que causa el tizón temprano del tomate, se manifiesta con manchas marrones o negras en las hojas, tallos, frutos y peciolos, puede aparecer en cualquier etapa del desarrollo de la planta, y lo favorece la humedad, altas temperaturas y presencia de heridas. Es importante deshacerse de los restos vegetales infectados tras realizar una poda de saneamiento.