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15 de Octubre,  Jujuy, Argentina
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La cuestión es estar y no dormirse en el viaje de sueños

Lunes, 18 de diciembre de 2023 01:13

En lo infinito del tiempo y espacio, no hay nada… y está todo. Así, lejano, cautivado por un túnel silencioso y manso, miré cerca, pero la imagen fue insensiblemente alejándose, hasta lograr que la pared que tenía enfrente desaparezca, entonces una luminosidad distinta ganó la frecuencia.

No obstante, en lo profundo de sus grietas me descubrí, estaba solo, caminando por lejanos paramos sobre el borde mismo de los recuerdos. Como si el alma en soledad, necesitada, en gesto de recogimiento y humildad buscara una sombra, un punto donde afirmarse, un momento de intimidad para medir la verdad,…y encontró él lugar.

Entonces, concentrada, abrigada en la privacidad, se afianza al espacio invisible para viajar hasta donde escondidos pensamientos puedan llegar siguiendo a la nada, y alejados de todo. ¿Cuántas paredes cambié?, no lo sé, pero seguro son tantas como sombras sigilosas se acurrucaron en mi vida. Sin embargo, creo, no cambié la película que mi inconsciente lanzó a rodar sobre lo antiguo con vanas luces del presente.

Es extraño, pero arrebata todo a su paso y lleva a lugares inmensamente bellos, libres, despejados, como nubes que envuelven, aíslan, y sanean heridas y distancias que nunca estuvieron...pero, desde algún lado demandan doloridas. Solo se regresa empujado por interrupciones, pero no hay molestia, el preconsciente sabe que pronto volverá, y como siempre será recibido sin resistencia, más bien acunado por lánguidas llamas que trasladan cada sentimiento disperso a lo largo del universo que no se conoce; tampoco se intenta violar. Le llaman "meditación".

Abriendo las alas como el pájaro en libertad, o la nómade distancia, es cuestión de dejarse llevar por las ausencias adonde no hay ruidos, ni hace frío, ni cazadores de libertad. íSin darme cuenta me amo por un momento y siento al espacio bajo mis pies!

¿Quién no pasó por sus calles sin nombre, sin dueños, y encontró un lago cristalino de interminable lejanía, y amplias avenidas cubierta de flores de olvido, sin perfume; y se sumergió, listo para la caza del duende escondido tras de aquel instante de alejamiento y esperanzas no buscadas?

Solo perderse un instante alcanza para devorar caminos, sombras, silencios, y encontrarse con alguien que desde lo recóndito demanda un encuentro consigo, a solas y franco. Tal vez nació emulando al espejo que desde fuera o dentro mira, aguardando una respuesta, sincerando o acomodando las razones, preservando una integridad auténtica, merecida.

Cuanta justa medida descubre un momento de pared en un desierto de multitudes sordas, apuradas. Donde el grito no alcanza a cubrir la distancia entre el que desespera y el que escucha. Solo la suavidad de la distancia, los ojos, ílos ojos!, el olvido…y un rato de calma pueden construir el monte (el puente) y sin culpas, apartar el frondoso árbol, y por un instante sublime ser visible, y encontrarse a la vera del camino de la libertad; íque fantástico!

En la pared de enfrente se ha corrido el lienzo de ensueño de la oscura superficie, y íoh!, me descubrí remando en un mar desconocido, inclemente. Que sin reparos arrastra al desprevenido a lo profundo de los días y noches, apagando las luces del camino, encendiendo senderos nuevos que no encandilan, ni contornos precisos escapando a la ilusión. Sin embargo, a ella debo que me reconocí, íy estoy vivo! Sacudí la cabeza, algo fáctico se acomodó dentro, cerré los ojos, cayó el telón, y volví nuevamente a calzar mi yugo...

¿Fin?, por supuesto que no, una nueva intención anima la quietud, y comencé a pensar más lejos, allá, donde la brisa sonríe permanentemente y el sol no se cansa de estar. Con su mirada firme, optimista; inequívocos gestos de sabía milenaria.

Colaborando en la difícil tarea de reconocerse y a confiar, a descubrir de cuanto se es capaz cuando se cree en Dios y en las propias cualidades.

En ese despertar, ya nada parece imposible, todo está en la seguridad que da empezar por donde se debe comenzar: ípor el comienzo! Entonces, lucidez, creatividad, y sobre todo la necesaria fortaleza que anima el esfuerzo, están ubicadas en primera línea pronto a responder al ánimo que convoca a intentarlo.

La cuestión es estar y no distraerse, los tiempos son cortos y la vida cardinal mientras tanto, apunta el camino de sueños y realidades. No dormirse en el viaje de sueños, tal vez sea más importante de lo que creemos. Entonces, los ojos abiertos aunque la pared de enfrente se haya esfumado en el horizonte visualizable, y no exista premura en consultarla. Pero, es tan rico el acontecer, que el argumento construido en esa pared, debe ser puesto cada día en la multiplicidad de ocasiones citadas.

Es instalar la película vista vivida desde un corazón solícito, que desde la usina del inconsciente invariablemente conduce a un despertar sereno, amigo incondicional del horizonte conducente. En definitiva, la "irrenunciable verdad" que encierra cada uno y necesita ser escuchada, atendida.

La prolijidad en el trato a la naciente inquietud, será la moneda que mostraremos en cuanta intervención nos tenga como participes, con sensatas ambiciones de construir un presente donde sumen al viaje, la realidad imperturbable.

Es bueno escucharse en el camino, con frecuencia los ruidos y luces destemplan y desorientan la intención, veamos entonces con mayor dedicación y disposición las piedras que no cambian de ubicación, pero dan la posibilidad de cambiar leales el rumbo.

 

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