Las várices, también conocidas como arañitas, pueden aparecer en las piernas o en los brazos causando dolor. En esta línea, los expertos en salud sugieren un método casero para prevenirlas y aliviar el cuadro que en muchos casos puede ser complejo.
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Las várices, también conocidas como arañitas, pueden aparecer en las piernas o en los brazos causando dolor. En esta línea, los expertos en salud sugieren un método casero para prevenirlas y aliviar el cuadro que en muchos casos puede ser complejo.
Se trata de un masaje que ofrece una experiencia sensitiva, una excelente manera de aliviar dolores leves, cansancio y estrés. Además, mejora la circulación sanguínea, por lo que se presenta como un gran beneficio para tratar las várices.
Los mejores masajes para quitar la molestia de las várices
Si bien no hay ningún estudio científico que afirme que un masaje puede colaborar con esta situación, los médicos suelen recomendar incluirlo en la terapia de piernas y brazos.
Al acompañarlo de una actividad física y una dieta equilibrada, un masaje cotidiano puede prevenir y eliminar cualquier tipo de arañita.
- Siéntate en un lugar cómodo
- Eleva las piernas y apóyalas contra la pared
- Comienza con un auto masaje de forma ascendente usando ambas manos
- Incluye aceite de coco o una crema hidratante corporal si lo deseas
- Haz una leve presión y realiza pequeños movimientos circulares
Estos pasos te ayudarán a activar la circulación y evitar que se acumule la sangre en las venas.
¿Por qué aparecen las várices en las piernas y en los brazos?
Las várices son venas hinchadas y retorcidas que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en las piernas. Su aparición puede deberse a:
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Insuficiencia venosa: ocurre cuando las válvulas en las venas no funcionan correctamente, por lo que la sangre no fluye de forma correcta hacia el corazón.
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Factores genéticos: si hay antecedentes familiares de várices, es más probable que una persona desarrolle este problema.
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Estilo de vida sedentario: la falta de actividad física puede dificultar la circulación sanguínea y contribuir al desarrollo de várices.
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Envejecimiento: A medida que envejecemos, las venas pueden perder elasticidad, lo que aumenta el riesgo de padecerlas.