El consejo de una madre es el más sabio porque el corazón habla a través de él. Y se convierte en una guía que es sostén para la vida de cualquier persona. De esta manera llegó la motivación de viajar a María Fernanda Arrieta, que gracias a la palabra de su mamá, se animó a afrontar nuevos horizontes.
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El consejo de una madre es el más sabio porque el corazón habla a través de él. Y se convierte en una guía que es sostén para la vida de cualquier persona. De esta manera llegó la motivación de viajar a María Fernanda Arrieta, que gracias a la palabra de su mamá, se animó a afrontar nuevos horizontes.
HERMANDAD EUROPEA | LA JOVEN COMPARTIENDO CON SUS AMIGOS
Así pasó por su mente la idea de ir a Europa y decidirse a conocer ese otro mundo que existe al cruzar el océano. Elegir Italia como destino para aprender el idioma en 2019 no hizo más que acrecentar su deseo por descubrir y abrazar aquella cultura con más fuerza. Y así afianzó a la utopía de vivir en el viejo continente porque no se quedó un mes, sino tres. Al tiempo de regresar a Jujuy, dejó que su instinto le dictara el camino a seguir y luego de hablarlo en detalle con su madre, retomó la ilusión de establecerse y vivir fuera del país. La consigna que se impuso fue buscar opciones pero al poco tiempo, la pandemia sacudió al mundo. Y en su caso, tuvo que esperar para dar el gran salto. Con incertidumbres, ansiedades pero esperanzada por un futuro mejor, ella preparó todo para que su viaje fuera de ida. El avión partió de Buenos Aires con escala a Brasil, para luego atravesar el Atlántico hasta llegar a Ámsterdam -Holanda- y, finalmente, aterrizar en Dublín, capital de Irlanda. El 13 de marzo, la jujeña llegó con una visa de estudiante. Y fue en los preparativos de la fiesta de San Patricio donde conoció la masividad de aquel festejo que congregaba a residentes y visitantes en las calles. "La festividad de San Patricio es grande y conocida, había un montón de extranjeros. Es la época más turística del año porque también empieza la primavera. Era una locura", dijo en el inicio de su relato Fernanda Arrieta, que se sumó para conmemorar al patrono de la isla ubicada al noroeste de Europa continental. La comunicación con las personas no fue inconveniente, ya que la joven sabía italiano y había estudiado inglés desde que era una niña. Sin dudas, un aprendizaje que le abrió las puertas a la aventura y que supo aprovechar absolutamente. Así, logró mantener fluida conexión con las personas de su entorno. El espacio que encontró para residir fue un hostel con una gran cantidad de latinos, donde socializó de inmediato. "Me hice amiga de una chica de México con la que sigo en contacto", expresó Arrieta, indicando que además logró hablar con ella sobre lo que le había sucedido durante la escala en Brasil. "Me habían perdido la maleta, estaba toda mi vida empacada ahí. Fue una preocupación porque no tenía más ropa que lo que tenía puesto", detalló, quien consideraba había ingresado con el pie izquierdo a esta nueva etapa a cumplir en su vida.
No obstante, un clic en su pensamiento la hizo reconsiderar mejor la situación y vio todo de manera positiva, como le aconsejó Judith, desde su mirada de madre protectora. "La gente es amorosa en Irlanda. Lo que me costó un poco fue entender su acento al hablar porque es complejo. Cuesta acostumbrar el oído pero después conocí gente de todo el mundo", contó Arrieta, quien vive hace casi dos años en Dublín, una ciudad con encanto propio, rica en calidez social y con clima naturalmente frío. "El verano dura tres meses y es esperado. Después hace un frío tremendo, llueve todo el año. Estoy en una ciudad muy linda, para quedarse a vivir, trabajar, es bastante completa", describió.
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El trabajo en una tienda de indumentaria Zara mantiene su ocupación activada de lunes a viernes por la mañana; mientras que el estudio de idiomas lo deja para la tarde. "Trabajo en una empresa de ropa española; estoy hace más de un año muy contenta porque hablo un montón y eso me ayuda a practicar más el inglés; y como me gusta la moda, yo feliz", comentó la jujeña en proceso de mudanza.
Y el amor la sorprendió en Irlanda a través de Dylan con quien elige compartir su vida. "Tratamos de hacer lindos planes, nos fuimos al parque más grande de Europa donde hay ciervos y muchos animales", contó la joven que decretó este presente desde hace tiempo atrás. "La persona número uno que me impulsó a todo esto fue mi madre que siempre quiso que estudie inglés porque ya sabía que me iba a servir", dijo. Y es que aprender idiomas cambia vidas y -en su caso- es notable ya que le abrió las puertas a un nuevo mundo. Y además, a adoptar un estilo de vida como el veganismo que elige para subsistir. "Soy vegana porque amo a los animales. Me rompe el corazón cuando veo que hay maltrato a un animal. Decidí que no estaba bien lo que hacía con lo que yo pensaba. No era posible decir: 'Yo amo a un perro y comerme una vaca'. Me informé y aprendí cómo alimentarme sanamente sin necesidad de un producto animal", explicó Arrieta que no deja de amar y admirar a su mamá con quien habla todos los días. Y como se acerca la temporada vacacional, espera verla; esta vez junto a su novio irlandés. En un mensaje a los jóvenes dejó planteado que viajar es maravilloso y que hay que lanzarse sin miedo a nada.