"Gracias por todo querida Pachita, te pido protección y sobre todo mucha salud para mi familia", dijo Juan Carlos Barea mientras se fundía en un diálogo sincero con la Madre Tierra. Su esposa Soledad Torrejón e hijos lo acompañaron, pasándole los diferentes alimentos ofrendados.
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"Gracias por todo querida Pachita, te pido protección y sobre todo mucha salud para mi familia", dijo Juan Carlos Barea mientras se fundía en un diálogo sincero con la Madre Tierra. Su esposa Soledad Torrejón e hijos lo acompañaron, pasándole los diferentes alimentos ofrendados.
Para ellos, y como para muchas familias, ayer no fue una fecha más en el calendario, sino la celebración sagrada más esperada. Y es que cada 1 de agosto, la familia Torrejón y Barea reviven el ritual ancestral que consiste en dar de comer a la "Pacha".
En una casa ubicada en calle El Progreso del barrio El Chingo, llegado el mediodía se empieza a percibir el aroma del incienso, mirra y coa, que se origina en un brasero ubicado al lado de la boca -pozo- de la Madre Tierra. Desde hace 23 años la familia se reúne para resignificar esta tradición con mucho respeto y para la que además invitan a parientes y amigos.
La ceremonia, también conocida como la "corpachada", es una costumbre que Soledad Torrejón heredó de su madre. Relató que todos los años espera con mucha emoción concretar dicho ritual, ya que para todos los miembros del hogar significa cumplir con una promesa y dar las gracias.
HONRANDO | SOLEDAD TORREJÓN ALIMENTANDO A LA MADRE TIERRA EN SU CASA.
Dijo que el primer contacto con la naturaleza comienza a temprana hora, cuando abren el pozo en la tierra, luego ubican alrededor un candelabro con velas prendidas, bebidas, comidas como sopa de maní y picante de mondongo, coca y cigarrillos. Decoran el pozo con los sahumerios y también incorporan quinua, que es para pedir por el trabajo y la salud. "Hace dos años hice siete comidas y ahora preparé menos por la situación económica, pero le brindamos lo que podemos", indicó Torrejón y agregó que el pedido a la "Pachita" siempre apunta a que la familia tenga más salud, que no falte el trabajo y que los mantenga unidos.
"Somos seres de la tierra, venimos de la tierra y todo lo que ella nos da, como el trigo, el maíz, nosotros se los devolvemos en forma de agradecimiento", sostuvo, por su parte, Noelia Torrejón.
Para Luciana Torrejón, además de agasajar a la Pachamama, se trata de una ceremonia que junta a los familiares para agradecer por las cosas buenas y protección de todos.
Llegada las 18, cierran el pozo y renuevan el agradecimiento.
A orillas del Xibi Xibi, honraron y agradecieron a deidad andina
CEREMONIA | FUE REALIZADA POR LA MUNICIPALIDAD Y EL CONCEJO DELIBERANTE.
A orillas del Xibi Xibi se realizó ayer el ritual en agradecimiento a la Pachamama. La ceremonia ancestral fue realizada por la Municipalidad capitalina y el Concejo Deliberante. Autoridades municipales y transeúntes que circulaban por el lugar se sumaron a la celebración con el fin de agradecer por todo lo recibido. Antes de depositar las ofrendas en la boca de la Pachamama, es decir el pozo en la tierra, un grupo de coplearas entonaron unos cánticos en alusión a la Madre de la Tierra. Durante la celebración, el intendente de la Municipalidad de San Salvador de Jujuy, Raúl "Chuli" Jorge expresó "queremos que nuestra Pacha nos aliente a salir adelante en estos momentos tan duros y difíciles del país".
Por su parte, la directora de Turismo, Gabriela Canionero dijo que este ritual que se hace todos los años, comenzó con una ordenanza que estableció mediante ordenanza el Concejo Deliberante, para llevar a cabo el ritual en un espacio del Xibi Xibi.