Por DRA. VALERIA EL HAJ, directora nacional de Ospedyc.
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Por DRA. VALERIA EL HAJ, directora nacional de Ospedyc.
Cualquier situación de cambio o estrés impacta sobre la salud de las personas, y en muchos casos, ha llevado a descuidar ciertos aspectos fundamentales para la salud cerebral, como la buena alimentación, la actividad física, el descanso necesario, los controles médicos periódicos y la socialización.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alrededor de 6 millones de personas mueren cada año por accidentes cerebrovasculares, más de 50 millones tienen epilepsia y 50 millones padecen demencia.
El cerebro es uno de los órganos vitales del cuerpo, es el responsable de los pensamientos, las acciones, las relaciones y la expresión de la personalidad. Cualquier estímulo que ingresa por los sentidos, se procesa en nuestro cerebro y genera actividad mental y comportamiento, por esto es fundamental cuidar nuestra salud cerebral a través de actividades que ayuden a ejercitar nuestra mente.
Muchos de los problemas de salud asociados a estas enfermedades son silenciosos y es por ello que se deben promover los cuidados preventivos del cerebro en la población, generando conciencia sobre enfermedades que a veces pasan desapercibidas.
Se considera que una persona tiene un cerebro sano cuando es capaz de prestar atención, recibir y reconocer la información que le llega del exterior a través de los cinco sentidos, tener la capacidad para aprender cosas nuevas y recordar eventos pasados. También son rasgos característicos de un cerebro en buen estado poder comunicarse, resolver problemas y tomar decisiones, así como tener motricidad y ser capaz de controlar las emociones.
Comparto algunos consejos claves a tener en cuenta para prevenir los trastornos mencionados y el deterioro cognitivo.
Controlar la presión arterial: la presión arterial debe mantenerse por debajo de 120/80 mmHg. Para prevenir la hipertensión es importante moderar el consumo de sal y alcohol, hacer ejercicio de manera regular, reducir el estrés y dejar de fumar. También es importante beber la cantidad adecuada de agua.
Mantener estable los niveles de colesterol: para lograrlo, se recomienda reducir el consumo de ciertos alimentos de origen animal, prescindir de la comida "chatarra", aumentar los frutos secos, granos enteros, frutas, vegetales, pescado y aceite de oliva.
Mantener estable la glucemia: la dieta y el ejercicio son dos factores fundamentales para mantener estable la glucosa en sangre.
Ser físicamente activo: una actividad física acorde a la edad y al estado físico no sólo contribuye al bienestar de todo el organismo, sino que también ayuda al cerebro a "ejercitarse" en su capacidad de resolver conflictos rápidamente, planificar, realizar tareas simultáneas, interactuar con el medioambiente y mejorar la motricidad y el equilibrio (que evitan caídas), manteniéndonos en mejor forma.
La clave para llevar una dieta sana es que sea variada e incluya alimentos de los distintos grupos de la pirámide nutricional. También debe ser equilibrada - comer cantidades moderadas y seguir un horario regular de comidas - e incluir al menos cinco comidas diarias. Mantener el peso. Evitar el tabaco: el humo del tabaco no sólo daña los pulmones y el corazón, también afecta al cerebro. Control periódico en el sistema de salud. Seguir aprendiendo y desafiar al cerebro: continuar la educación puede ayudar a reducir el riesgo de declive cerebral y demencia. Asimismo, también es importante hacer actividades que nos obliguen a pensar, ya sea armar un rompecabezas, crear o construir algo para la casa, jugar a algún juego de mesa, palabras cruzadas, etc.
Mantenerse sociable: se ha demostrado que las personas que tienen una vida social activa también tienen cerebros más activos y sanos.
Está demostrado que adoptar estos hábitos en cualquier momento de la vida, ayuda a mantener un cerebro saludable y activo.