En Jujuy, son pocos los que pueden disfrutar de frutos silvestres que los colectan ni bien florecen. En Caspalá, por estos días degustan de pasacana o apache, sermonía, uvilla y granadas, que son la delicia de chicos y grandes. Crece en ese pueblo y alrededores por las características del piso ecológico en la transición de la pre Puna y pre Yungas.
"Comemos apache, algunos le dicen pasacana, es una planta silvestre que hay en el campo, es como una papa cuando la hacemos cocer, entonces cuando está así lo sacamos para comer como postre", explicó Hilda Cruz, de Caspalá. Explicó que a veces encuentran una docena o dos, y es momento para disfrutarlo en familia al natural, ya que no acostumbran a prepararlo de otro modo.
"El sabor es dulce, medio dulce, no tan caima, el sabor es parecido al kiwi. A los chicos les encanta, a donde ven una planta tienen ganas de sacar y les digo que tienen que dejar que florezca", expresó, y aseguró que este año dio poco, quizás hubo una temporada seca. Se puede encontrar el fruto no sólo en Caspalá sino también en Santa Ana y Valle Colorado. En esta temporada recolectó los primeros el 15 de febrero, "saqué y lo comimos de postre, pero hay hasta fines de marzo, cuando hay heladas no da mucho, porque se cae la flor y ya no pega mucho", afirmó Cruz.
Otro de los frutos silvestres que suelen consumir pero que a mediados de marzo aparecen es sermonía, que crece de un árbol del mismo nombre y es similar a la uva, pero que se encuentra con más frecuencia, y es del gusto de las familias. También disfrutan de las "uvillas", que por estos días ya comienzan a desaparecer, y en otras ocasiones tienen la gracia de encontrar granada silvestre, que suele encontrarse hasta el mes de abril.
"En esta época hay frutos silvestres, porque mejoraron las lluvias, pero por ahí afecta, cuando la acequia crece y se lleva las tomas, y no se puede regar las papas por ejemplo", dijo Cruz. Ella siembra papa, maíz, oca, papa verde y para esta época ya espera choclos, habas y otras verduras que destinan para el consumo de la familia.
Destacó que la mayoría se consume, destinan el maíz para hacer sopa majada, harina cocida para hacer ulpada, la más fina se muele para preparar tullpo (tipo de sopa) o para hacer mondongo con maíz. Sólo compran arroz, fideos, azúcar y harina, y debido a que tienen sus propias vacas hacen charqui para cocinar y sus vecinos tienen ovejas y cabras.
Piso ecológico de Yungas
“La pasacana y el apache son de la familia de las cactáceas. Vendría a ser como si estuvieran comiendo frutitos de la tuna, en cambio la pasacana es el fruto de un cardón”, explicó Magda Choque Vilca, ingeniera agrónoma y coordinadora de la Tecnicatura en Cocina Regional y Cultura Alimentaria de Tumbaya.
A la hora de diferenciarlas, explicó que la “pasacana” es un poco más redonda, a veces puede tener una coloración roja o rosada, dependiendo de la cactácea que sea y el apache normalmente tiene otro color. “Los dos no es que sean silvestres, sino que no son cultivados”, dijo.
Se trata de frutos silvestres que pertenecen al piso ecológico de Yungas, son comestibles y lo consumen los pobladores del lugar. “Eso se da en éstos pisos ecológicos que son la interface entre lo que podríamos llamar Pre Puna y Pre Yungas.
Es como una interface entre lo que llamamos Quebrada y Yungas”, precisó. Otra que denominan “sermonia” , muy dulce, un polifruto ya que tiene muchas semillas, es comparada con el aguaymanto. En otra temporada consumen “uvillas”, un frutal andino que allí está en estado de silvestría. Otra de las frutas que se comen es “granada” o “granadilla”, conjunto de frutos de árboles silvestres, parte de la flora autóctona del lugar.