¿Qué es la agorafobia?
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¿Qué es la agorafobia?
La agorafobia está definida como un temor que suele ser irracional y que no tiene bases reales. Podríamos decir que es lo opuesto a la claustrofobia, que es el miedo a quedarse encerrado en algún lugar. En la agorafobia la persona empieza a experimentar, ya sea a partir de síntomas físicos o cognitivos, es decir, a través de ideas, miedos y temores irracionales vinculados a una amenaza de estar en espacios abiertos y que algo malo le pase. Este miedo es indefinido y al ser así, tiene muchas chances de hacerse posible. Sin embargo, no es tan frecuente la agorafobia pura, es muy raro verla.
¿Aumentaron los pacientes con este trastorno durante la pandemia?
No específicamente. No vi en la pandemia mayor frecuencia de este tipo de síntomas. Sí vi mayor cantidad de personas con síntomas asociados al temor a enfermarse y al contagio, que tiene que ver con los síntomas de los conocidos trastornos de ansiedad. En este contexto de pandemia, la amenaza es real y sigue siendo posible que nos contagiemos y que la gente se contagie sin tener una data.
La amenaza está en todos lados. El año pasado cuando inició la pandemia, no sabíamos bien qué era lo que nos contagiaba, entonces se generalizaba el temor, asociado sobre todo al contacto social. Esta cuestión del aislamiento social nos proponía cuidarnos y aislarnos del otro, entonces el otro pasaba a ser entendido como amenaza, como portador de la enfermedad, pero indefinido porque también estaban las personas asintomáticas. Hoy tenemos más información, pero la falta de ella suele ser un factor de mucho estrés y ansiedad porque el cerebro tiende a interpretar sin datos reales. Entonces, se pone en juego el sistema de creencia.
¿De qué manera a una persona se le diagnostica agorafobia?
A mí particularmente me gusta que el diagnóstico sea duro y me apego al sistema referencial. Hay una base clínica, que es el estudio de los síntomas, donde se los enumera y resulta un diagnóstico. Históricamente la agorafobia era un trastorno de angustia, pero ahora pasa por distintas revisiones en todo lo que tiene que ver con la salud mental, donde trabajamos en conjunto con médicos especialistas del área.
Luego se hace un diagnóstico en base al DSM, que es la clasificación de enfermedades. En síntesis, se hace una serie de preguntas cerradas y el puntaje da como resultado "agorafobia". Se suman síntomas y se obtiene una valoración mucho más objetiva, como una pauta que se repite, una conducta que no pasa una sola vez, sino que tiene una duración en el tiempo. La intensidad no permite que la persona pueda trabajar normalmente ni desempeñarse en lo que se espera de su área de actividades.
¿A qué especialistas deben recurrir las personas con este trastorno?
La escuela de la psicología que tiene herramientas más específicas para trabajar con los trastornos de ansiedad y en particular con la agorafobia, es la terapia cognitivo conductual. Hoy en día se está resignificando esta terapia incluyendo elementos que tienen que ver con el ambiente y con incorporar herramientas desde el yoga, la meditación y el budismo. Actualmente, se planifica en conjunto con el paciente la experiencia, para que resignifique su miedo. Lo ideal es que la persona consulte con un especialista y que sepa de qué se trata lo que tiene.
Una de las herramientas más importantes para el tratamiento de los trastornos de ansiedad es la psicoeducación. El paciente tiene derecho y está bueno que sepa de qué se trata lo que tiene y cómo se trabaja, cuáles son las herramientas y cuál es el pronóstico. Ya no estamos en las épocas de los psicólogos crípticos que eran los únicos que manejaban el diagnóstico. Los pacientes saben lo que tienen y cómo ayudar al terapeuta para hacer un trabajo en conjunto.
¿Hay algún número que indique cuántas personas padecen agorafobia?
En Jujuy no tenemos datos, pero nos validamos de las encuestas mundiales. En la población mundial se estima que el 60% en algún momento de su vida va a padecer síntomas de ansiedad que tienen que ver con la activación e hiperalerta. Entre ellos está la agorafobia. Muchas veces la ansiedad se disfraza con quejas o con síntomas de tipo somáticos, que son los que tienen que ver con respuestas de la piel, con el colon irritable que hoy está tan de moda y con la fibromialgia y el dolor crónico.
Muchas veces son respuestas asociadas a situaciones de ansiedad. Uno puede tener un síntoma toda la vida y no tener un trastorno, porque este último refiere a un conjunto de síntomas y ya implica una pérdida en la funcionalidad. La persona puede convivir con síntomas y tener una calidad de vida inferior, pero vive, trabaja, y funciona con mucho esfuerzo. Cuando se convierte en un trastorno se complica.