Una vida sufrida pero dedicada por entero a contener, desde la escucha y el consejo, a las personas con discapacidad visual en Jujuy y Salta se apagó el 11 de abril. El Tribuno de Jujuy reconstruyó los pasos de Severina "Sefe" Tinte a partir de testimonios de compañeras de camino y además recogió sus palabras.
inicia sesión o regístrate.
Una vida sufrida pero dedicada por entero a contener, desde la escucha y el consejo, a las personas con discapacidad visual en Jujuy y Salta se apagó el 11 de abril. El Tribuno de Jujuy reconstruyó los pasos de Severina "Sefe" Tinte a partir de testimonios de compañeras de camino y además recogió sus palabras.
Había nacido el 23 de octubre de 1950 en Cochinoca y estuvo vinculada largo tiempo al Hogar Escuela para Ciegos "Corina Lona" de Salta donde hizo la primaria y aprendió algunos oficios como tejido, corte y confección; y a tocar el piano y el bombo, entre otros instrumentos. "Era una persona muy religiosa, nos enseñaba a rezar", recordó Isabel Torres sobre los años 70.
Es que, como rememoró Luisa Flores, llegó a prepararse para ser monja en el convento de Don Orione en Buenos Aires pero tras un año y medio volvió a Salta. Solía llevar a todos los chicos del internado a rezar el Rosario a diario y los domingos concurrían a misa en la capilla.
Severina luchó siempre por tener un techo que la cobije, en la vecina provincia la recibieron aunque superara la edad permitida, debiendo desempeñar distintas actividades de manera ad honorem.
María Angélica Alfano, exdirectora de "Corina Lona", afirmó que "realmente fue una sorpresa muy agradable, porque si bien al principio no le tuvimos fe, después nos dimos cuenta de que como sea llegaba a destino y cumplía con su misión". Hacía diligencias administrativas y varios encargos. Y admitió que "tuvo oportunidad de que se la nombre ordenanza pero se desanimó a último momento".
En la memoria de Luisa Flores, que compartió con Severina desde que tenía 5 años hasta los 15, quedó grabado que ayudaba a las más pequeñas del internado, limpiaba el comedor, la sala de estar y los baños, "no cobraba sueldo ni nada". Y que fue una gran consejera, "todos los días nos hablaba a las que teníamos entre 9 y 13 años. Se sentía como madre nuestra, nos protegía, nos explicaba de la vida y eso siempre le voy a agradecer".
Mientras que Carlota López señaló que "siempre estaba atenta y los fines de semana lustraba los zapatos para todos los niños".
En los 80 fue trasladada al hogar San Antonio pero como no se adaptaba regresó a la escuela salteña.
La exdirectora de "Corina Lona" relató que el internado se cerró y la gente mayor -que incluso consideró fueron criados por la fundadora y benefactora- debieron trasladarse a domicilios particulares. Severina y Carmen Olivera volvieron a Jujuy. "Lamentablemente perdí contacto con ellas", se sinceró.
Facundo Mota, vocal de la Asociación Jujeña de Ciegos y Amblíopes "Héctor Nerssier", esclareció sobre sus últimos pasos. El 8 de julio del 2010 llegó a la entidad, fue presidenta entre el 2015 y el 2018; y hasta su fallecimiento, vicepresidenta. Vivió en la sede central hasta el 2019 y después en la de Alto Comedero.
La actual titular, Carlota López, junto a su esposo Raúl Caliva (tesorero) tienen gratos recuerdos de hacer música con Severina en la vía pública y otros eventos.
En tanto que Mota destacó que "ella estaba en la recepción de las personas, de darles palabras de aliento para que se inserten nuevamente" y acotó que "fue importante para nosotros, para el crecimiento de la institución".
Por último, Luisa Flores de Mudeba reflexionó que "toda su vida luchó para poder ganarse su vivienda y su plato de comida. Sefe fue una mujer con una lucha incansable por vivir, que ha sido violentada muchas veces, pero que a pesar de todo tuvo el amor y cariño para todas las personas".
Sus palabras
En ocasión de una entrevista, Severina Tinte dejó su mensaje a las personas con discapacidad visual. “No se tiren al abandono, no se dejen maquinar, que no les digan ‘no hagás esto’”, resaltó. También anheló “no saber que un ciego esté escondido” e instó a que “los familiares no tengan vergüenza de andar con los ciegos porque a cualquiera le puede pasar”. Y concluyó: “Esperemos que en el Norte si hay ciegos se dejen ver, que no los tengan encerrados, que no sea de la pieza al comedor, que tampoco sea de la cama a la mesa. Al contrario, que revivan, que no bajen los brazos, que pueden hacer muchas cosas”.