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25 de Junio,  Jujuy, Argentina
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Laberintos Humanos: Tucanes y calandrias

Jueves, 10 de septiembre de 2020 01:00

Bautisto Solón le explicaba a Prudencio Creso sobre esas cosas que podemos aprender de tordos y de suris, los primeros porque aprenden que ser distintos no es un problema sino, muchas veces, una virtud. La tordita no se siente en menos porque no sea la encargada de empollar y criar a sus polluelos, le dijo. Lo mismo pasa con las suritas, que dejan que el macho se encargue de empollar y de educar a sus hijos, y es algo que repetimos cuando celebramos como samilantes porque, habrá visto, muchas veces lo hace un hombre adulto con una cantidad de changuitos emplumados.

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Bautisto Solón le explicaba a Prudencio Creso sobre esas cosas que podemos aprender de tordos y de suris, los primeros porque aprenden que ser distintos no es un problema sino, muchas veces, una virtud. La tordita no se siente en menos porque no sea la encargada de empollar y criar a sus polluelos, le dijo. Lo mismo pasa con las suritas, que dejan que el macho se encargue de empollar y de educar a sus hijos, y es algo que repetimos cuando celebramos como samilantes porque, habrá visto, muchas veces lo hace un hombre adulto con una cantidad de changuitos emplumados.

Todos son distintos y todos tienen lo suyo. Una amiga de La Mendieta supo contarme, siguió diciéndole Solón a Creso mientras caminaban por el cerro, que los tucanes se solían parar entre las hojas de la papaya, cosa que a su madre le encantaba mirar y a sus perritas las volvía locas, y que gritaban como si fueran chanchos. Vea usted, le dijo, no lo hubiera imaginado. Uno que es de estos otros lugares, de la Quebrada, los tenía por aves tan bonitas que hubiera asegurado que su canto le iría a la par de bello.

¿Por qué será que se los dotó de un pico colorido y del plumaje negro con pechera y cara blanca para darle voz de chancho?, se preguntó y agregó que capaz que sea para que reparemos en que la voz de los porcinos no es tan fea. No lo será el del chancho para la chancha, dijo, ni a la inversa, como no lo será el de la tucana para el tucán, del mismo modo que el centenar de cantos de la calandria caben en un plumaje tan desabrido como el que tienen. Será para que aprendamos de ellos, dijo.

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