En su homilía de ayer, monseñor Daniel Fernández obispo de la Diócesis de Jujuy saludó a las comunidades que celebran a la primera canonizada del continente americano, Santa Rosa de Lima, y que en nuestra provincia la veneran en la localidad de Caspalá, Purmamarca y en Los Lapachos. Señaló además que también la celebraron en las capillas de la Diócesis como Alto Comedero, en San Pedro y en Libertador General San Martín entre otras, deseándoles la protección de la querida santa latinoamericana, y recordó que también celebró su fiesta patronal San Bartolomé, y saludó a esa comunidad "con mucho cariño".
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En su homilía de ayer, monseñor Daniel Fernández obispo de la Diócesis de Jujuy saludó a las comunidades que celebran a la primera canonizada del continente americano, Santa Rosa de Lima, y que en nuestra provincia la veneran en la localidad de Caspalá, Purmamarca y en Los Lapachos. Señaló además que también la celebraron en las capillas de la Diócesis como Alto Comedero, en San Pedro y en Libertador General San Martín entre otras, deseándoles la protección de la querida santa latinoamericana, y recordó que también celebró su fiesta patronal San Bartolomé, y saludó a esa comunidad "con mucho cariño".
Asimismo destacó la realización del Encuentro de la Infancia Misionera que comenzó con la santa misa desde la Catedral y siguió en forma virtual por la tarde. Agradeció a los animadores y participantes.
En su mensaje pastoral, el obispo resaltó del Evangelio, que Jesús marca en su catequesis, que el camino que Él siguió, hoy debe recorrer el creyente si quiere vivir la vida cristiana, no aferrándose a la realidad y las cosas de este mundo porque son pasajeras. Ejemplificó que la pandemia que estamos viviendo, pone ante nuestros ojos, la fragilidad de la vida y la ineficacia de los recursos económicos. Y que a la par, Jesús muestra la grandeza de nuestra vida, que el hombre no puede ser para la muerte o el cementerio, sino que es una criatura hermosa hecha por Dios, y no puede terminar en la nada.
Asimismo dijo que de la pandemia no debemos salir igual que antes sino mejores, aunque se puede salir peores, pero que debemos haber aprendido a construir de otra forma el mundo y nuestra vida. Que hagamos un mundo más solidario más de acuerdo al plan de Dios, y cuando pasado este tiempo de prueba, podamos nosotros haber aprendido alguna lección, recordando que Dios tiene un decálogo para nuestra conducta en este mundo; los diez mandamientos que hace tres mil años que está en la conciencia de la humanidad.
"Qué es lo que Dios quiere, que despreciemos este mundo, que despreciemos las cosas que nos regala, que vivimos todos los días, no, pero que sí las usemos de modo que no nos impidan alcanzar los bienes eternos. Saber que esto que vivimos en este mundo y las cosas que nos tocan administrar, se van a esfumar un día, y vendrán los verdaderos bienes. Entonces, yo tengo que hacer, de vivir una buena administración; con mi tiempo, con los bienes que tengo, de modo que pueda alcanzar así el reino de los cielos".