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19 de Septiembre,  Jujuy, Argentina
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“Pandemia”, una película muy predictiva

Domingo, 14 de junio de 2020 01:00

Por PABLO MARCELO FERNÁNDEZ

Al margen de las coincidencias, casi predictivas de la película “Pandemia” que se adelantó a todo, es claro que la realidad que vivimos desnuda falencias administrativas y aspectos culturales arraigados acumulados durante décadas de desidia y enquistamiento político. No niego que las medidas tomadas, a nivel provincial y nacional, resultan eficaces para evitar un desastre, pero es claro, que están a la vista las diferencias sociales, y hasta éticas, dentro de nuestra sociedad. Llega el Covid- 19 y de pronto desaparecen las figuritas cotidianas, políticos bochincheros, sindicalistas revoltosos, estrellitas enriquecidas por la “caja boba” y los aduladores de siempre cobijados en sus mansiones, logradas a costillas de una sociedad usada y marginada.

Es claro que son contados quienes en las altas esferas cargan con la situación, y quienes, arriados como chivos, nos dejamos encerrar en nuestros propios corrales. Quizás el Covid-19 no llegó como la peste bubónica, a exterminar a una sociedad marchita y poner al descubierto las enormes fallas estructurales, sociales y religiosas de la sociedad medieval, que creía que con una procesión bajaría un ejército de ángeles sanadores, enviados por un mesías, consagrado en el concilio de Calcedonia, para salvarlos... Se murieron todos, mientras las ratas y las Yersinias se revolcaban de risa en la basura de la mezquindad, la fe y la desesperación.

Covid- 19, nombre que simboliza cambios sociales, y conductuales, que se predicen serán permanentes y que en futuras ediciones historiográficas, será ubicado y comparado junto a la humilde yersinia medieval. Sin embargo, y a título personal, creo que el cambio debería superar las respuestas en salud y en normas sanitarias, y a la par de erradicar al virus de turno, deberíamos ser capaces de reconsiderar, no las estructuras, ni las instituciones emparentadas con la forma de gobierno aceptada desde el 83... sino quienes las integran, como llegan, y como continúan enmarcados en una supuesta vocación de servicio, que se transforma en un monopolio de producción hereditario, que se renueva por períodos, a cambio de una bolsa de promesas incumplidas, palmadas en la espalda, y un paquete de arroz, yerba y azúcar. Y es que el error está en la mayoría, en una sociedad dependiente, desde el abuelo que de traje y corbata, vestido para un bautismo, sentía orgullo de poner el papel de la esperanza en un sobre y en la vieja caja de madera, símbolo de prosperidad, igualdad y libertad.

Está en la tolerancia social ante aquellos que a la menor oportunidad, dejan el gran recinto vacío, con vacaciones, permisos especiales, o solo ganas de no ir, y que ante el virus, pretenden, pantallas de por medio, mostrarnos su esfuerzo de propuestas y normas insulsas, mientras un oscuro soldado madruga para preparar un guiso, llenar la panza y tapar la boca a calumniadores y temerosos de que algún día digan basta... El Covid y la película tal vez llegaron para abrirnos los ojos... pero eso está en nosotros, por lo pronto, ya sabemos que ante la catástrofe no deseada, quienes marcharán a refugios seguros y quienes quedaremos sumidos en gemidos de dolor, fiebre y desesperanza... Pero ojo, es probable que aún arrastrándonos, marchemos a poner el papel de la esperanza, en un sobre en la ahora caja de cartón, símbolo de prosperidad, para los elegidos de siempre... y eso sí, sería intolerable, hasta para el virus.

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