En la puerta del templo tilcareño se alza la única ermita de este año: Cristo caído con la cruz a sus espaldas. A la izquierda el soldado romano con su lanza, a la derecha el cerro con las cruces en lo alto, y encima de todo el sol que lo cubre todo con sus rayos. La hechura guarda las normas de la tradición: semillas, tierra. El boceto es de Daniel Aramayo, la obra pertenece al trabajo mancomunado de los docentes de Talleres Libres de Tilcara. Este año es la única que podremos ver.
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En la puerta del templo tilcareño se alza la única ermita de este año: Cristo caído con la cruz a sus espaldas. A la izquierda el soldado romano con su lanza, a la derecha el cerro con las cruces en lo alto, y encima de todo el sol que lo cubre todo con sus rayos. La hechura guarda las normas de la tradición: semillas, tierra. El boceto es de Daniel Aramayo, la obra pertenece al trabajo mancomunado de los docentes de Talleres Libres de Tilcara. Este año es la única que podremos ver.
Fany Cañizares, coordinadora de la sede Tilcara de los Talleres Libres de Artes y Artesanías, dijo que “a fines de cada año, en la última reunión, vamos acordando este trabajo que asumimos como proyecto institucional. Para la primera reunión del nuevo ciclo lectivo, cada docente trae su boceto y comenzamos a realizarlo apenas nos reincorporamos. Nos toca la tercera estación, que es la primera caída de Jesús”. Agregó que “algunos se preguntarán cómo fue que conseguimos el bastidor, que entrega la Municipalidad a las distintas familias e instituciones participantes. Las otras no lo tuvieron porque no se llegaron a distribuir, pero en nuestro caso sucede que en el 2015, con el cambio de gestión local, cómo era difícil que nos lo dieran antes sumamos el costo de la madera al aporte que ponemos los docentes para la ermita, lo armamos y, cuando nos lo dieron, lo guardamos para el año. Así es que tenemos siempre uno disponible”.
Relató que “aprovechamos esas semanas de febrero en las que los docentes no están aún frente a alumnos, que es cuando se realizan las inscripciones. Cuando el 12 se anunció la suspensión de todas las actividades, esa misma noche lo estábamos terminando. Siempre lo hacemos antes para no perjudicar el desarrollo de las clases. Este año cambiamos un poco de motivo, porque si bien respetamos el tema religioso, en las anteriores nos manifestamos por el tema del agua, del medio ambiente, pero esta vez consensuamos en ser más literales con el tema de la estación”. Talleres Libres comenzó a hacer estas ermitas en reemplazo de la Escuela Normal, que había dejado de hacerlo desde hace ya diez años. Cañizares dijo que “se trata de un plantel docente muy comprometido, somos diecisiete que estuvimos presentes y estos momentos de trabajar juntos nos ayudan para unir más el grupo”.
Palabra del párroco
Miguel Schichiarini, párroco de Tilcara, habló de esta Semana Santa particular. Dijo que “no sólo es distinta por ser obedientes a las leyes civiles, sino también por solidaridad. Explicamos en las misas que, aunque acá no tengamos el virus, nos solidarizamos con quienes sí lo están viviendo. El Vaticano ya había mandado la legislación, antes de la cuarentena obligatoria, apuntando a una Semana Santa virtual, que debía contar con el mínimo de gente necesaria en el templo”.
Contó que “en Tilcara hemos tenido el apoyo de las radios locales y de los chicos que entienden esto de las transmisiones en vivo. El Domingo de Ramos nos mostraban que la misa tuvo casi 14 mil reproducciones, pero por otro lado está lo que es la expresión de la fe. En otras partes del país capaz que sea distinto, pero acá sabemos que el expresar el signo, el rito, los sikuris, hacerlo en forma comunitaria, es algo muy importante”. Agregó que “el sábado, mientras con el padre Aldo Oña terminábamos de armar las palmas con las flores, pudimos escuchar los sikus que sonaban desde las casas, y eso es algo que emociona. Para el padre Aldo acaso sea más duro porque es su última Pascua en esta parroquia, y en su expectativa humana pudo haber imaginado una despedida diferente. Y pensamos en eso de expresar la fe más allá de la expresión, cosa que no podemos pedir que todos lo entiendan”.
Recordó que “el domingo teníamos lleno de ramos para bendecir acá en el templo, que después han venido a retirar”. Resumió diciendo que “la fe es una respuesta a la propuesta de Dios, pero para nosotros se expresa vivamente y lo necesitamos. Esto va a pasar, y uno escucha a los sikureros que nos piden que hagamos muchas fiestas para poder salir a sikurear cuando la pandemia haya terminado. Es un momento importante para la expresión de fe comunitaria, y va a llegar el momento cuando nuestro pueblo pueda salir a expresarlo nuevamente en las calles. Gracias a Dios hay mucha solidaridad, escuchaba a familias de Maimará que me decían que quieren cocinar para compartir. No tenemos que esperar todo del Estado, ni siquiera de Cáritas para que lo organice. Hay muchas familias cristianas que pueden colaborar en este acompañarnos socialmente, que va a ser necesario”.
Puna sin Feria de Pascuas
Por primera vez en la historia, Abra Pampa no vivirá su tradicional Feria de Pascuas que año tras año solía convocar a cientos de familias de diferentes puntos de la Puna que confluían para un fin de semana de esparcimiento y diversión o con fines comerciales y de cambalache de productos.
Ante la determinación de aislamiento obligatorio y restricciones de circulación por medidas de prevención del covid-19, la “Capital de la Puna” se resigna a uno de sus eventos mas importantes que tiene dentro de su calendario festivo. La no realización de dicho evento impacta de lleno en los pequeños comerciantes de la ciudad que de forma anual se preparaban para la mejor comercialización de sus productos en la Feria de Pascuas, como así también otros comerciantes que de zonas cercanas llegaban a la ciudad con diferentes productos, como de la Quebrada de Humahuaca, San Salvador de Jujuy y de la propia Bolivia.
En tanto los productores de toda la zona Puna veían como una oportunidad para comercializar sus productos. Volviendo al plano local, los “carperos” también se beneficiaban. Cabe recordar que los rubros, variaban desde carpas de comidas hasta las bailables, como se habilitó en los últimos dos años. Siendo entonces una pérdida significativa para quienes año tras año se aferraban al gran movimiento que generaba la tradicional Feria de Pascuas en Abra Pampa. La pandemia obligó a la suspensión del tradicional evento de la Puna jujeña.