Lectores y personajes
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Lectores y personajes
Cuando el padrecito terminó por contarnos la historia del brujo capiango, Perla empezó a reír con ganas. Nos costaba imaginar qué le habrá causado gracia, y entonces nos explicó que le costaba creer en estas cosas que escribe Dubin para los Laberintos. ¿Pero acaso es que lo suyo no es cierto?, quiso saber Blanca con asombro.
Podría serlo, dijo Perla en referencia a eso de que vivió una semana siendo zorro, pero ni siquiera podemos estar seguros de ser más que personajes de su imaginación. Todos menos usted, agregó Pierre Donadou Quispe, y no sólo por ser una hermosa mujer sino también porque, ya hace unas semanas, Dubin dijo que usted era lectora de los Laberintos.
Pierre continuó argumentando que los personajes pueden ser ficticios, pero nunca los lectores. Yo pensaba que todo lo que sale en un diario es cierto, dijo Aurelia acaso con ironía, y el comisario Pierro empezó a contar que en Tilcara hasta hubo crímenes que en realidad no existieron.
La historia tiene sus años pero no deja por ello de ser interesante. Por aquel tiempo tenía en la seccional a un tal cabo Urbiña, que andaba de novio con la Cecilia Minuá, que sabía vender prendas femeninas que ella misma confeccionaba. Era bastante solicitada por las mujeres del pueblo, que valoraban sus hechuras y ganaba sus buenos pesos.
Pero no era tan solicitada por los hombres porque, pese a tener un cuerpo más que envidiable, no se le conoció otro hombre que el cabo, capaz que porque a nadie le alcanzaba el coraje para mirar a la mujer de un policía.
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