Perla recordaba aquel baile de la secundaria cuando sintió que todos la miraban. Ahora podría pensar que era la primera vez que no se vistió como una niña, pero entonces se avergonzó de que algo en su ropa o su peinado no anduviera bien. Había bailado con uno y le había rechazado los coqueteos, después nadie más lo intentó.
inicia sesión o regístrate.
Perla recordaba aquel baile de la secundaria cuando sintió que todos la miraban. Ahora podría pensar que era la primera vez que no se vistió como una niña, pero entonces se avergonzó de que algo en su ropa o su peinado no anduviera bien. Había bailado con uno y le había rechazado los coqueteos, después nadie más lo intentó.
Entre esos mozos, recordó, estaba Gualdivio. Lo recuerdo como si lo viera hoy, con un trajecito que le quedaba ajustado porque debía ser prestado y tratando de fumar sin saber hacerlo. Nadie pensará que esas pueden ser cosas que nos atraen, dijo y al quedarse pensando Pierre Donadou sugirió que a veces se dan esos instintos maternales que se confunden con atracción.
Será, dijo Perla sin que le interesara mucho la interpretación. Y podría asegurar que fue el único que no me miró. No sé por qué estoy tan segura, capaz que si se lo pregunto ahora ni se acuerde, pero yo, que creía que me miraban porque me veía mal, pensé que era el único que no lo había notado y me enamoré.
Ni sé si le había escuchado la voz salvo cuando alguna vez le respondía a algún profesor en clase, y tuve que soportar los comentarios de varias, menos pudorosas que yo, cuando confesaban que les gustaba. No sabía qué le veían, era más alto que lo que podía dominar y esa torpeza me gustaba, se ponía colorado cuando hablaba con una chica y lo tuve por algo tierno.
Pero desde entonces pasó a formar parte de mi vida, nos dijo Perla, porque las fantasías, sobre todo en la adolescencia, son una parte muy importante de la vida.