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26 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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Hogares de Belén: bienestar para niños desamparados

Las familias llegan a incluir a los pequeños por dos años o más, y pasan a ocupar el lugar como de hijos propios. Si bien se redujo la cantidad de abandonos, todavía es importante el numero de menores en situación de vulnerabilidad
Viernes, 29 de junio de 2018 00:00

Uno de los servicios que brinda el Movimiento Familiar Cristiano, son los denominados "Hogares de Belén", que son justamente hogares de tránsito a los que los jueces de minoridad y familia de la Justicia acuden, para entregarles temporariamente a niños que, por diversas causas, se encuentran en estado de abandono.

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Uno de los servicios que brinda el Movimiento Familiar Cristiano, son los denominados "Hogares de Belén", que son justamente hogares de tránsito a los que los jueces de minoridad y familia de la Justicia acuden, para entregarles temporariamente a niños que, por diversas causas, se encuentran en estado de abandono.

Estos hogares son casas de familias que aceptan tener un niño mientras la Justicia resuelve el problema judicial del menor, para lo cual se dispone de una coordinadora y un equipo del Movimiento, que ve por todas las necesidades de los Hogares de Belén. Cabe apuntar que hay familias que quieren pertenecer a ese grupo, pero no tienen los medios para hacerlo, entonces colaboran haciendo otros aportes, tales como proveer de los elementos a las familias que están en condiciones de integrar a un menor a sus vidas.

Los hogares tienen un niño por vez y despuÚs de una entrega, hay un tiempo de descanso teniendo en cuenta el dolor que se sobrelleva, luego de desprenderse del pequeño al que se le ha dado tanto amor, aunque estas familias sean conscientes que no son suyos, y que solo son un puente para ayudarlos a que tengan una mejor vida.

Bajó el índice de abandonos

GLADIS GARZÓN/ DEL MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO EXPLICÓ EL TRABAJO QUE REALIZAN.

Respecto al tema, Gladis Garzón, coordinadora del Movimiento Familiar Cristiano y fundadora, junto a su esposo, de los Hogares de Belén, señaló que todos son niños provenientes de familias conflictivas, con casos muy traumáticos, porque vienen de padres que son drogadictos, alcohólicos o que le dan maltrato. "Ojalá nunca hubiera un abandono y que la Justicia no debiera intervenir en ellos" dijo Garzón, quien además, relató que "antes se daban muchos casos donde se abandonaban a los niños en cajas o se los dejaba al lado de alguna institución pública donde se sabía que los iban a recuperar. Eran años difíciles que daba tanta pena que así fue que buscamos la manera, y se ayudó mucho a la provincia".

Recordó que desde el año 1991 cuando se fundó en Jujuy este servicio, llegaron a tener en algunas épocas hasta cuarenta y cinco hogares de Belén, y que en estos momentos, "gracias a Dios descendió el número".

De esos índices del comienzo de la tarea, dijo que últimamente bajó mucho el abandono de niños, pero cree que se debe a que se implementó la ayuda de esos planes que aún se mantienen destinados a la mujer embarazada, y es por lo que han mermado sustancialmente los niños abandonados. Explicó además: "la madre ya no se siente tan indefensa, tan sola, sin medios o recursos para poder afrontar el embarazo, porque pienso que ninguna mujer quiere abortar, es un drama, es una tragedia tener que decir, voy a abortar. Es como decir que va a abandonar un ser que está dentro de ella, pero que ya no le pertenece porque ya tiene un código genético distinto".

Manifestó que no están de acuerdo con la mujer que dice "soy dueña de mi cuerpo", "porque si bien lo es, no lo es de ese otro que tiene dentro de sí, ese es un ser humano único y diferente y tiene una vida definida. Para ello proponemos una solución mediante la planificación familiar.

Respetan los tiempos y el sistema de la Justicia


CALOR DE HOGAR/ LOS NIÑOS PASAN A FORMAR PARTE DE LAS FAMILIAS COMO UN HIJO MÁS.

Actualmente hay alrededor de cinco niños en casas de familia designadas, entre recién nacidos y hasta los dos años de vida aproximadamente, porque es el tiempo que necesitan los jueces para determinar el hogar definitivo de los niños.

Acotó que también hay mucha demanda de adopción, “pero nosotros respetamos absolutamente el tiempo que demanda la Justicia para reubicar a los niños, ya sea que vuelva a su propia familia, con algún tío o abuelo que se quiera hacer cargo, porque se prioriza la familia, o se le busque un nuevo hogar para ellos”.

Una vez que son entregados, los hogares de Belén no hacen un seguimiento a esos niños, porque es la Justicia quien lo hace. “Nosotros sólo somos un puentecito por donde pasan los pequeños, donde tienen un lugar, una casa de familia, donde se les brinda un buen ambiente en el cual se desarrolla y evoluciona; no involuciona. Allí se les provee de lo necesario, como si fuera un hijo que ha llegado a esa familia”.

Más adelante, Garzón apuntó que los hogares de Belén no son un lugar físico ni un instituto, sino que está formado por familias que tienen que tener sus propios hijos, y estar totalmente independientes de alguna ayuda económica o asistencial del Estado. “Solamente contamos con la confianza de la Defensoría de Menores, que cuando nos necesita nos convoca y nos avisa que tienen un niñito para retirarlo del hospital o de la Defensoría. Y así también los llevamos a entregar cuando les adjudican los padres adoptivos que tendrán para siempre”, manifestó.

Este servicio depende del Obispado de Jujuy y es el único no oficial que trabaja en equipo junto a los Tribunales de menores; no pertenecen a los hogares de tránsito sostenidos por el Gobierno. “Nosotros sólo recibimos donaciones que se piden en las parroquias y con eso ayudamos a las familias que lo necesitan. Es una demostración de generosidad grande”.

Todos esperan un hogar definitivo

Una vez que el hogar recibe a un niño, la dinámica con la que se manejan con la criatura es decirles, a los que ya entienden, que son sus tíos, no les dicen que son sus papás, porque “es como que ellos están esperando a sus padres. Es un servicio muy fuerte, de 24 horas del día porque incluimos un hijo más en la casa”, dijo Garzón a la vez que relató que en su caso particular llegó a tener ocho niños. “Tengo una foto de un niñito bañándose con mis nietas al que le decíamos "El galleguito’ porque tenía las cejas unidas. Vivir esta experiencia es algo que nos deja una enseñanza impresionante porque no es necesario enseñarle valores a los hijos, sino que los están viviendo, así que nosotros nos beneficiábamos más que ellos”.

Al revivir estas experiencias aseguró que no es difícil integrar a un niñito de la calle o sin padres en un hogar constituido, sino una alegría “y por supuesto que tienen que ser familias que tengan sentimientos de querer acoger a un niño, de darle todo lo que necesita un hijo más, esperar un Cristo. Es como si Jesús te llamara a la puerta para pedirte pasar un tiempo con él”. 

Reiteró que los niños permanecen con cada familia el tiempo que la Justicia los necesita para resolver cada caso porque “hay casos difíciles, y muchas veces se dice que la Justicia es lenta, pero nosotros sabemos que lo es con razón, donde por ejemplo los padres tratan de retener a los niños por la fuerza y no quieren darlos en adopción, así que hay que esperar y tener paciencia porque son familias en conflicto. Por eso los Hogares de Belén respetan los tiempos de la Justicia”. 

Desprenderse de los niños

Por otra parte, apuntó que aparte de tener hijos propios, las familias no deben tratar de quedárselos, de adoptarlos, y no oponerse a la decisión de la Justicia porque no les corresponde. A veces se ha llegado a esperar hasta dos años o más, pero los niños están preparados para recibir a sus padres definitivos, contando para ello, con asistencia psicológica en los casos que se requieran. Por ejemplo hay niños que fueron separados de sus padres y necesitan un tiempo de adaptación para acomodarse a la nueva situación.

Otro de los requisitos que tienen los Hogares, es que “no nos corresponde averiguar ni el antes, de dónde vienen, ni el después, a donde se los llevan. Si los padres que se los llevan quieren mantener un vínculo con los hogares de Belén lo hacen. Tampoco tenemos derecho a ponerles nombre, ni bautizarlos, porque los padres cuando vienen les dan nueva identidad; o de otra manera, están anotados en la Justicia con un nombre y en la tenencia transitoria lo tienen; pero los padres adoptivos tienen el derecho de ponerles un nombre o cambiarles el que tiene. Cuando son de otras familias, ya tienen un nombre y apellido por lo cual si el día de mañana quieren saber su origen, pueden hacerlo”.

Los interesados pueden dirigirse a las coordinadoras de los Hogares de Belén, Arita Leona y Edith Viera o en consultorios gratuitos del Movimiento Familiar Cristiano, en calle Macedonio Graz 664 de Ciudad de Nieva, teléfono 4224279 o 155211760.
 

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