SAN PEDRO (Corresponsal). En el inicio de la Cuaresma gran cantidad de feligreses participaron de la misa del Miércoles de Ceniza en el atrio del templo matriz de esta ciudad que fue presidida por el padre Daniel Baca. El párroco se refirió a tres aspectos fundamentales que se deben vivir en este tiempo de preparación a la Semana Santa y la Pascua tales como la limosna, la oración y el ayuno.
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SAN PEDRO (Corresponsal). En el inicio de la Cuaresma gran cantidad de feligreses participaron de la misa del Miércoles de Ceniza en el atrio del templo matriz de esta ciudad que fue presidida por el padre Daniel Baca. El párroco se refirió a tres aspectos fundamentales que se deben vivir en este tiempo de preparación a la Semana Santa y la Pascua tales como la limosna, la oración y el ayuno.
En su homilía, el padre Daniel sostuvo que la Cuaresma es un movimiento interior que nos invita a mirarnos a nosotros mismos, hizo un llamado para que los padres sean transmisores de la fe y sean ellos los primeros en enseñarles a sus hijos. "Debemos también tener caridad para con el hermano, brindarle lo que está necesitando, ya sea mi presencia, un abrazo, una ayuda material, debemos ayudarlos sin esperar nada a cambio. Por eso le pedimos hoy al Señor que podamos crecer en la caridad", dijo.
En otro tramo de su alocución, el sacerdote sostuvo que debemos darnos un tiempo para la oración, para pedir no sólo por nosotros mismos sino también por el hermano, por nuestras familias.
"Vivir la entrega"
"También en esta Cuaresma el ayuno nos invita a vivir el sacrificio, la entrega, la donación de nosotros mismos. Abramos el corazón, Dios nos ama tal como somos y nos quiere reconciliar. Que podamos vivir el camino de la Cuaresma con la oración, la limosna y el ayuno, siempre pensando en nuestros hermanos. Durante estos 40 días hagamos oración, ayuno práctica penitencial que no sólo consiste en privarnos de alimentos sino en la oportunidad de ofrecer un sacrificio por el hermano, por ejemplo visitar a un enfermo, brindar un consejo, un morir a mí mismo para vivir para el otro. Toda limosna, oración y ayuno son vistas por el corazón de Dios y Él nos dará la recompensa", finalizó.
Tras la homilía los fieles se acercaron procesionalmente para la imposición de la ceniza que fueron bendecidas previamente por el párroco.