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29 de Julio,  Jujuy, Argentina
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Cusilla cusilla. Nacientes del agosto

Miércoles, 02 de agosto de 2017 15:26

Primero de agosto. Con la casa sahumada y el perfume de la koa en la ropa, uno va saliendo para compartir la ofrenda de quien nos invitó, donde nos hincaremos para darle de comer a la Pacha en un ambiente lo más gato posible (saben decir que si los perros se pelean al abrir el hoyo, pronto lo hará también la gente.) Elegir el anfitrión es ya parte de la ceremonia, y nosotros tomamos el ómnibus para acercarnos a Tres Cruces, donde invitaba la Comisión Municipal.

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Primero de agosto. Con la casa sahumada y el perfume de la koa en la ropa, uno va saliendo para compartir la ofrenda de quien nos invitó, donde nos hincaremos para darle de comer a la Pacha en un ambiente lo más gato posible (saben decir que si los perros se pelean al abrir el hoyo, pronto lo hará también la gente.) Elegir el anfitrión es ya parte de la ceremonia, y nosotros tomamos el ómnibus para acercarnos a Tres Cruces, donde invitaba la Comisión Municipal.

Darle de comer a la Tierra es sólo uno de los aspectos, que de alguna manera resume al resto, pero hay cantidad de gestos, que se heredan de los mayores, que vale la pena observar para aprender. Uno de ellos es el respeto: por más que el dueño de casa ofrende distinto a como lo hace mi familia, uno acepta los modos de quien está invitando, e invitar es otro de esos gestos: así como le damos a la Pachamama, le damos a los convidados, con la misma devoción y atención.

Dar y respetar ya sería bastante, pero en torno a la boca de la Pacha están sentados los abuelos, coqueando, alegres, a veces en silencio, a veces copleando. Así como quien cava el hoyo sabe ver en la misma tierra signos del año por venir, del mismo modo que la escuchamos advertirnos y alertarnos, así debemos escuchar a la gente mayor, y a compartir, respetar y aprender se le yapa la alegría, aquel cusilla cusilla que mentamos cuando nombramos a la Tierra, y que muchas veces repetimos sin darle demasiada importancia.

Igual que le ofrecemos papel picado y vinito a la Pacha, lo mismo hacemos entre nosotros. ¿Será porque la alegría, además de un derecho, es sobre todo la raíz de la buena salud? Nada hay más lindo que esas risas, casi temblores del cuerpo entero, en que estallan las abuelitas de campo adentro cuando están alegres, y no es casual que a alguien se le haya ocurrido representar a la Pachamama como una de esas abuelitas. Será nomás pues.

 

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