El Reino Unido celebra hoy las elecciones generales anticipadas en un escenario enrarecido por los atentados terroristas que asolaron al país en las últimas semanas y la incertidumbre del Brexit, cuya negociación con Bruselas comenzará apenas 11 días después de los comicios.
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El Reino Unido celebra hoy las elecciones generales anticipadas en un escenario enrarecido por los atentados terroristas que asolaron al país en las últimas semanas y la incertidumbre del Brexit, cuya negociación con Bruselas comenzará apenas 11 días después de los comicios.
May asumió como premier en julio de 2016 al reemplazar a David Cameron, quien renunció tras el referéndum del 23 de junio.
La intención de la primera ministra, Threresa May, de fortalecer su posición ante las negociaciones para la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), convocando sorpresivamente a elecciones anticipadas en abril pasado, se redujo considerablemente y perdió apoyo del electorado en las últimas semanas con los anuncios de recortes presupuestarios en los servicios sociales, en especial el llamado "impuesto a la demencia".
Una última encuesta de la consultora Survation divulgada por la cadena británica ITV, muestra a los conservadores de May y a los laboristas de Jeremy Corbyn casi empatados.
La encuesta otorga a los conservadores un apoyo de 41,5% mientras que los laboristas obtienen 40,4%, en tanto que los liberal demócratas 6% y el Partido Nacionalista Ukip, 3%.
Durante la corta campaña que fue interrumpida dos veces debido a los atentados en Mánchester en mayo, donde murieron 22 personas y en el último, ocurrido el sábado en el Puente de Londres, donde otras siete personas perdieron la vida, Corbyn culpó a May por la política exterior británica y los recortes en las fuerzas de seguridad llevados adelante por su gobierno.
Las elecciones son vistas como un plebiscito en el que los británicos votarán por apoyar un Brexit duro como el que defiende May o si prefieren una salida blanda de la UE, como ha manifestado durante su campaña el líder laborista.
Corbyn, que había comenzado la campaña con una diferencia de más de 20 puntos, se mostró partidario en caso de ganar las elecciones, de establecer nuevas prioridades de negociación con Bruselas para tratar de mantener el acceso al mercado único y la unión aduanera.
La líder "torie" por su parte, buscará un buen acuerdo para la salida de UE, pero dejó en claro que nunca aceptará un acuerdo si este es "malo para el Reino Unido".
En ese sentido, pocos ven posible en Bruselas un acuerdo fácil sobre el Brexit, que estará marcado por la decisión de los conservadores de no permitir la libre circulación entre países de la UE y la negativa de pagar la factura de divorcio, estimada en 60.000 millones de libras.
No obstante, May prometió mantener los derechos de los ciudadanos británicos en la UE, así como los de los europeos en Reino Unido.