¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

13°
26 de Junio,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

De la copla al rap y al "free style"

Pese a las diferencias, los jóvenes vuelven a rimar sus intenciones en las plazas.
Miércoles, 01 de noviembre de 2017 00:00

Es de noche y a veces sucede en la plaza de Tilcara, a veces en la de Maimará, se acercan raperos hasta de Humahuaca y se ponen en círculo, encienden el audio con las bases electrónicas y comienzan a tirar versos rimados. A veces son galantes o sugerentes hacia una chica, a veces provocan a otro rapero. Dobles intenciones, la preocupación de haber perdido una rima, risas, festejos al mejor, casi como en el Bronx neoyorquino.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Es de noche y a veces sucede en la plaza de Tilcara, a veces en la de Maimará, se acercan raperos hasta de Humahuaca y se ponen en círculo, encienden el audio con las bases electrónicas y comienzan a tirar versos rimados. A veces son galantes o sugerentes hacia una chica, a veces provocan a otro rapero. Dobles intenciones, la preocupación de haber perdido una rima, risas, festejos al mejor, casi como en el Bronx neoyorquino.

¿Casi como entre latinos y afro descendientes de algún barrio marginal de los Estados Unidos? Es probable, incluso los gestos, sobre todo con las manos, se les parecen, pero entre las sombras de la plaza de Tilcara o de Maimará ya se vieron cosas parecidas, cierto que con sombrero ovejuno en vez de gorrita con visera, con caja y no con equipo de sonido, pero con caritas similares y capaz que los mismos apellidos.

En rueda como el keú, no tanto como en el gueto, con apodos como el Negrito o el Pila, en quechua o castellano antes que siglas en inglés, los abuelos de estos raperos sabían hacer cosas que se les parecen demasiado: decir en versos rimados sus coqueterías, provocar a otro coplero para ver quién es mejor, y también describir el entorno y filosofar sobre lo pasajero de los días, además de preocuparse porque un verso no saliera bien rimado.

Alguno se preguntará por qué los jóvenes buscan nuevos modos, en vez de los anteriores, para hacer cosas similares. Otros especularán sobre el momento en el que se vayan fusionando las dos poéticas, cuando las bases ya no sean electrónicas sino de parche y erquencho. ¿Habrá copla con loops electrónicos, o rap entre sikuris? Lo maravilloso del arte, en todo caso, es lo difícil de adivinar por donde saltará la liebre. Pero esa fusión no es hoy sino mañana, y acaso ni siquiera llegue a ser. Lo cierto, lo actual, es que los chicos se divierten improvisando versos, entramando rimas, amagando intenciones. Lo hacen al modo del Bronx, es cierto, pero en algo que es casi un eco de lo que hicieron sus abuelos.

 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD