La Heladera Social es una iniciativa que nació en Tucumán y desde el 2015 abrió sus puertas en Jujuy. La propuesta surgió como una idea que buscaba impactar en la vida de muchos: guardar en una heladera la comida que no se consumió en bares y restaurantes para que los que no tienen qué comer puedan llevarse una porción, de manera gratuita, en lugar de tener que buscar los restos en la basura.
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La Heladera Social es una iniciativa que nació en Tucumán y desde el 2015 abrió sus puertas en Jujuy. La propuesta surgió como una idea que buscaba impactar en la vida de muchos: guardar en una heladera la comida que no se consumió en bares y restaurantes para que los que no tienen qué comer puedan llevarse una porción, de manera gratuita, en lugar de tener que buscar los restos en la basura.
Al instalarse la primera heladera en la provincia tuvo un fuerte impacto en los jujeños, ya que muchas familias empezaron a cocinar exclusivamente para estas heladeras. Pero de a poco fue dejando de tomar relevancia y la cantidad de alimentos fue disminuyendo.
"esto cayó porque perdió visibilidad y porque todos nos pusimos en un papel de mirar quién es el que retiraba, es decir perdimos el foco del proyecto" (Voluntaria).
La iniciativa fue cayendo: algunas desaparecieron y otras, como la que estaba situada en el Macedonio Graz quedó en grave estado. Esta situación se debe a la falta de compromiso de la sociedad para colaborar y cuidar de la misma.
Hoy sólo queda una en buen estado, situada en en Muña (Alvear 942). En un principio eran más pero el poco interés de la gente y de los propietarios hizo que algunas hayan cerrado sus puertas. Caso contrario ocurrió en éste restaurante que conserva el proyecto y le dedica un tiempo diario a cuidarlo.
La Heladera Social es responsabilidad de todos porque su funcionamiento implica a toda la comunidad. A los que no sufren de problemas económicos les brinda la oportunidad de donar aquello que no van a consumir o simplemente de donar un alimento, y esa comida va destinada a aquellos que si sufren de problemas económicos y que con ese aporte pueden brindar alimentación a sus familias.
"En Tucumán por ejemplo la participación ciudadana es notable, los vecinos se comprometieron, hay voluntarios que cocinan y reparten unos 100 platos al día, la Universidad también aporta", comentó una voluntaria.
Sobre el decaimiento de la Heladera Social explicó que "esto cayó porque perdió visibilidad y porque todos nos pusimos en un papel de mirar quién es el que retiraba, es decir perdimos el foco del proyecto. El objetivo es que la comida no se desperdicie, que no vaya a la basura y ponerla en una heladera para que otro la retire".
Continuó diciendo que "no debemos perder esta iniciativa, porque es un medio para que nosotros como sociedad hagamos algo, para que no nos quedemos parados, pero sin perder el foco, el objetivo es que no hay que desperdiciar la comida, no observar quién la lleva y quién no. Es necesaria una concientización de que es una porción por persona y pensar en el otro. Porque si no lo hacemos perdemos todos".