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El Gobierno británico confirm la visita de Donald Trump | Estados Unidos, Reina Isabel, Donald Trump

Martes, 31 de enero de 2017 01:30
<div>PRIMER ENCUENTRO / THERESA MAY Y DONALD TRUMP LA SEMANA PASADA EN EE UU.&nbsp;</div><div>
El gobierno británico confirmó ayer que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitará el Reino Unido como invitado de la Reina Isabel II, mientras Amnistía Internacional (AI) convocaba manifestaciones en todas las grandes ciudades contra la restrictiva política migratoria inaugurada por Washington el viernes pasado.
Un portavoz del 10 de Downing Street, residencia oficial de la primera ministra británica, Theresa May, dijo ayer que más allá de la polémica por las leyes migratorias, la posición del gobierno británico sobre la visita se mantiene y que "la invitación ha sido cursada y aceptada" por el nuevo presidente estadounidense.
Los partidos de la oposición británica pidieron el sábado que el Gobierno no reciba al presidente tras conocerse el alcance de la política migratoria de Estados Unidos, que veta la entrada en ese país de ciudadanos con pasaportes de Libia, Sudán, Irak, Somalia, Siria, Yemen e Irán, países que tengan historial terrorista.
El Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido informó ayer de que los británicos que tienen doble nacionalidad con esos países no se verán afectados por el decreto ley de Trump.
La organización Amnistía Internacional (AI), en tanto, llevó a cabo ayer manifestaciones en varias ciudades británicas para protestar contra la política migratoria de Donald Trump.
Las manifestaciones empezaron a las 18 ante la residencia oficial del número 10 de Downing Street, en Londres, y en las ciudades escocesas de Edimburgo y Gales, en las galesas de Cardiff y Swansea, y en las inglesas de Manchester, Liverpool, Brighton y Bristol.
Por otro lado, una petición iniciada por el ciudadano británico Graham Guest, en la que se solicita se impida que Trump haga la visita al Reino Unido y que fue colgada ayer en una web de peticiones al Parlamento, ya ha reunido más de un millón de firmas.
Al superar las 100 mil firmas, los diputados están obligados a debatirla en algún momento en el Parlamento.
La directora de AI, Kate Allen, calificó el decreto del presidente de EEUU de "espantoso".
La administración de Donald Trump, dijo Allen, está perjudicando a niños, mujeres y hombres que "huyen de torturadores y asesinos en masa. Estas manifestaciones muestran la profundidad del enfado y la frustración que siente la gente en el Reino Unido".
El Gobierno británico calificó ayer la ley de divisoria y afirmó que es equivocado estigmatizar a la gente por su nacionalidad.
La invitación a visitar el Reino Unido fue un importante gesto diplomático para un país que está iniciando los trámites para salir de la Unión Europea (UE), después del referéndum donde esta alternativa, el Brexit, venció a los partidarios de la permanencia, y por lo tanto quiere reorganizar sus vínculos con Washington.
Para una gran parte de los analistas británicos, el gobierno de Donald Trump, que asumió hace una semana y que se presenta como el más caótico e impredecible de la historia moderna de Estados Unidos, podría resultar un "muy peligroso compañero de viaje" si se quiere mantener buenas relaciones con el resto del mundo.
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El gobierno británico confirmó ayer que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitará el Reino Unido como invitado de la Reina Isabel II, mientras Amnistía Internacional (AI) convocaba manifestaciones en todas las grandes ciudades contra la restrictiva política migratoria inaugurada por Washington el viernes pasado.
Un portavoz del 10 de Downing Street, residencia oficial de la primera ministra británica, Theresa May, dijo ayer que más allá de la polémica por las leyes migratorias, la posición del gobierno británico sobre la visita se mantiene y que "la invitación ha sido cursada y aceptada" por el nuevo presidente estadounidense.
Los partidos de la oposición británica pidieron el sábado que el Gobierno no reciba al presidente tras conocerse el alcance de la política migratoria de Estados Unidos, que veta la entrada en ese país de ciudadanos con pasaportes de Libia, Sudán, Irak, Somalia, Siria, Yemen e Irán, países que tengan historial terrorista.
El Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido informó ayer de que los británicos que tienen doble nacionalidad con esos países no se verán afectados por el decreto ley de Trump.
La organización Amnistía Internacional (AI), en tanto, llevó a cabo ayer manifestaciones en varias ciudades británicas para protestar contra la política migratoria de Donald Trump.
Las manifestaciones empezaron a las 18 ante la residencia oficial del número 10 de Downing Street, en Londres, y en las ciudades escocesas de Edimburgo y Gales, en las galesas de Cardiff y Swansea, y en las inglesas de Manchester, Liverpool, Brighton y Bristol.
Por otro lado, una petición iniciada por el ciudadano británico Graham Guest, en la que se solicita se impida que Trump haga la visita al Reino Unido y que fue colgada ayer en una web de peticiones al Parlamento, ya ha reunido más de un millón de firmas.
Al superar las 100 mil firmas, los diputados están obligados a debatirla en algún momento en el Parlamento.
La directora de AI, Kate Allen, calificó el decreto del presidente de EEUU de "espantoso".
La administración de Donald Trump, dijo Allen, está perjudicando a niños, mujeres y hombres que "huyen de torturadores y asesinos en masa. Estas manifestaciones muestran la profundidad del enfado y la frustración que siente la gente en el Reino Unido".
El Gobierno británico calificó ayer la ley de divisoria y afirmó que es equivocado estigmatizar a la gente por su nacionalidad.
La invitación a visitar el Reino Unido fue un importante gesto diplomático para un país que está iniciando los trámites para salir de la Unión Europea (UE), después del referéndum donde esta alternativa, el Brexit, venció a los partidarios de la permanencia, y por lo tanto quiere reorganizar sus vínculos con Washington.
Para una gran parte de los analistas británicos, el gobierno de Donald Trump, que asumió hace una semana y que se presenta como el más caótico e impredecible de la historia moderna de Estados Unidos, podría resultar un "muy peligroso compañero de viaje" si se quiere mantener buenas relaciones con el resto del mundo.

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