Este es el caso del doctor Justiniano Torres Aparicio, quien nació en Humahuaca el 6 de septiembre de 1906.
Luego de trabajar como preceptor en la Escuela Normal "República de Bolivia" de esa ciudad y como docente en San Salvador de Jujuy, viajó a Buenos Aires y más adelante a Córdoba para estudiar medicina.
Se desempeñó como profesor de anatomía en la ciudad de Perico y en el año 1936, siendo cirujano, dirigió el Hospital Belgrano de Humahuaca, logrando que éste funcione como el más importante centro médico entre La Quiaca y San Salvador de Jujuy.
Fue durante su gestión que el hospital contó con un quirófano y con algunos de los mejores cirujanos del país.
El doctor Aparicio no sólo dedicó su vida a la medicina, sino que además legó un patrimonio arqueológico casi desconocido. Como aficionado recorrió los alrededores de Humahuaca realizando hallazgos históricos, entre los que se encuentran Inca Cueva y varias grutas con pictografías.
Fue su esposa, la poetisa Alicia Soria de Torres Aparicio, quien después de fallecer don Justiniano en 1992 en San Salvador de Jujuy, inició en la que era su casa, el Museo Arqueológico que hoy lleva su nombre.
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Este es el caso del doctor Justiniano Torres Aparicio, quien nació en Humahuaca el 6 de septiembre de 1906.
Luego de trabajar como preceptor en la Escuela Normal "República de Bolivia" de esa ciudad y como docente en San Salvador de Jujuy, viajó a Buenos Aires y más adelante a Córdoba para estudiar medicina.
Se desempeñó como profesor de anatomía en la ciudad de Perico y en el año 1936, siendo cirujano, dirigió el Hospital Belgrano de Humahuaca, logrando que éste funcione como el más importante centro médico entre La Quiaca y San Salvador de Jujuy.
Fue durante su gestión que el hospital contó con un quirófano y con algunos de los mejores cirujanos del país.
El doctor Aparicio no sólo dedicó su vida a la medicina, sino que además legó un patrimonio arqueológico casi desconocido. Como aficionado recorrió los alrededores de Humahuaca realizando hallazgos históricos, entre los que se encuentran Inca Cueva y varias grutas con pictografías.
Fue su esposa, la poetisa Alicia Soria de Torres Aparicio, quien después de fallecer don Justiniano en 1992 en San Salvador de Jujuy, inició en la que era su casa, el Museo Arqueológico que hoy lleva su nombre.