Desde fines de julio, cuando Uruguay dio por terminada su gestión en la presidencia pro témpore del bloque, el Mercosur luce paralizado por las discrepancias entre sus socios, expresadas en público y en privado, sobre qué nación y desde cuándo desde asumir la conducción.
Venezuela, el país al que le corresponde asumir en este semestre, tomó el cargo en forma automática y sin el reconocimiento de Argentina, Brasil y Paraguay, que acusan a Caracas de incumplir sus compromisos de adhesión al bloque y cuestionan la calidad de su democracia.
Esos tres países consideran que la presidencia está "vacante" y Venezuela, a su vez, replica que se ha formado en el cono sur una "triple alianza" digitada por Estados Unidos para impedirle su acceso a la conducción política en el bloque.
En ese contexto se llegó a la reunión de coordinadores de ayer. Caracas era esperada en las deliberaciones pero no envió representantes.
"Venezuela estaba invitada e infortunadamente no ha venido. La extrañamos un poquito, hubiera sido bueno tenerla entre nosotros para hablar de los temas que se plantearon", dijo el viceministro de Relaciones Económicas e Integración de Paraguay, Rigoberto Gauto, en un receso de la reunión de Montevideo.