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26 de Junio,  Jujuy, Argentina
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Pachamama comunitaria en el Triángulo de Chaguaral

Lunes, 01 de agosto de 2016 18:53
SAN PEDRO (Corresponsal) Desde hace 76 años, en el paraje conocido como El Triángulo del Chaguaral, empalme de caminos internos de la vasta extensión de esmeraldas cañaverales, frente al Lote la Manga, en jurisdicción del Ingenio La Esperanza, gran cantidad de personas se congregan para honrar a la Madre tierra, que como cada año, abre sus entrañas para recibir la gratitud de sus hijos, cuando el mes de agosto se anuncia en el calendario.
Si bien en cada rincón del suelo jujeño se reedita esta ancestral ceremonia, en esta selvática geografía, el ritual tiene ribetes particulares y tiene que ver con preparativos que comienzan en el mes de julio, cuando los pasantes, quienes tienen la responsabilidad de organizar todo lo relacionado con la fiesta, inician el camino que culminará con la ofrenda central. Para ello cuentan con el acompañamiento de los padrinos que van brindando sus enseñanzas y solicitando todo lo necesario para la preparación de las ofrendas que se realizará el 1 de agosto.
Una atípica jornada, con frío fresco en horas de la madrugada presagiaba una jornada nublada y fría, pero el sol se impuso y le dio el toque cálido que agosto trae en sus días. Al llegar el mediodía ya estaba todo dispuesto en el sector donde se encuentra el mojón y partieron entonces desde el lote La Manga, para comenzar con la ofrenda, en la apacheta, enmarcada por cuatro horcones, engalanados con banderines y serpentinas.
Las ofrendas fueron colocadas en aguayos multicolores y luego de que las vasijas fueron desenterradas y lavadas, se colocó la comida preparada especialmente para darle de comer a la tierra.
Los padrinos de la Pachamama, Martina Valencia y Desiderio Gaspar, presentaron a los pasantes que tuvieron el alto honor de pasar la fiesta este año los hermanos Patricia y Darío Arias, quienes agradecieron el gesto de toda la comunidad del lote azucarero por la gran predisposición y por las enseñanzas recibidas. Tras la colocación de las ofrendas, se eligieron a los nuevos pasantes, recayendo tal responsabilidad en Alejandra Solano y su esposo Omar Tapia, quienes recibieron los atributos, las banderas y los cirios, además de los aguayos, como signo del compromiso asumido y pasaron a presidir la ceremonia.
Luego se ofrendaron las bebidas, los cigarrillos y coca, donde manos generosas colocaron sobre la apacheta previamente cerrada con piedras blancas traídas por los pioneros desde Santa Catalina, sahumando luego el mojón y coronándolo con velas encendidas.
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SAN PEDRO (Corresponsal) Desde hace 76 años, en el paraje conocido como El Triángulo del Chaguaral, empalme de caminos internos de la vasta extensión de esmeraldas cañaverales, frente al Lote la Manga, en jurisdicción del Ingenio La Esperanza, gran cantidad de personas se congregan para honrar a la Madre tierra, que como cada año, abre sus entrañas para recibir la gratitud de sus hijos, cuando el mes de agosto se anuncia en el calendario.
Si bien en cada rincón del suelo jujeño se reedita esta ancestral ceremonia, en esta selvática geografía, el ritual tiene ribetes particulares y tiene que ver con preparativos que comienzan en el mes de julio, cuando los pasantes, quienes tienen la responsabilidad de organizar todo lo relacionado con la fiesta, inician el camino que culminará con la ofrenda central. Para ello cuentan con el acompañamiento de los padrinos que van brindando sus enseñanzas y solicitando todo lo necesario para la preparación de las ofrendas que se realizará el 1 de agosto.
Una atípica jornada, con frío fresco en horas de la madrugada presagiaba una jornada nublada y fría, pero el sol se impuso y le dio el toque cálido que agosto trae en sus días. Al llegar el mediodía ya estaba todo dispuesto en el sector donde se encuentra el mojón y partieron entonces desde el lote La Manga, para comenzar con la ofrenda, en la apacheta, enmarcada por cuatro horcones, engalanados con banderines y serpentinas.
Las ofrendas fueron colocadas en aguayos multicolores y luego de que las vasijas fueron desenterradas y lavadas, se colocó la comida preparada especialmente para darle de comer a la tierra.
Los padrinos de la Pachamama, Martina Valencia y Desiderio Gaspar, presentaron a los pasantes que tuvieron el alto honor de pasar la fiesta este año los hermanos Patricia y Darío Arias, quienes agradecieron el gesto de toda la comunidad del lote azucarero por la gran predisposición y por las enseñanzas recibidas. Tras la colocación de las ofrendas, se eligieron a los nuevos pasantes, recayendo tal responsabilidad en Alejandra Solano y su esposo Omar Tapia, quienes recibieron los atributos, las banderas y los cirios, además de los aguayos, como signo del compromiso asumido y pasaron a presidir la ceremonia.
Luego se ofrendaron las bebidas, los cigarrillos y coca, donde manos generosas colocaron sobre la apacheta previamente cerrada con piedras blancas traídas por los pioneros desde Santa Catalina, sahumando luego el mojón y coronándolo con velas encendidas.
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