Vecinos del Barrio Los Perales, precisamente de la calle El Hornero, volvieron a dirigirse a el Tribuno de Jujuy con el objeto de reiterar sus quejas por la persistencia de actitudes desaprensivas de un vecino del lugar, que en un terreno de su propiedad, mantiene lo que denominaron "prácticamente una selva" llena de chatarras, basura, elementos que retienen aguas en estado de putrefacción y hasta vehículos desguasados, que se han convertido en una guarida de alimañas de todo tipo.
Tras haber radicado varias denuncias ante autoridades de la Municipalidad de la Capital, comprobaron la concurrencia de inspectores al lugar, que sin embargo, al no ser atendidos por el propietario, se limitaron a pegar en el frente del inmueble un acta de infracción y se retiraron sin ningún otro procedimiento. En tanto, los vecinos, comprueban a diario, que roedores de gran tamaño y comadrejas deambulan por los patios y jardines de las casas vecinas y al ser perseguidos se refugian en el mencionado terreno. Además, reiteraron que no obstante las campañas de lucha contra las fiebres del dengue, zika y chikungunya, este lugar, es prácticamente un "santuario de los mosquitos portadores de las enfermedades".
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Vecinos del Barrio Los Perales, precisamente de la calle El Hornero, volvieron a dirigirse a el Tribuno de Jujuy con el objeto de reiterar sus quejas por la persistencia de actitudes desaprensivas de un vecino del lugar, que en un terreno de su propiedad, mantiene lo que denominaron "prácticamente una selva" llena de chatarras, basura, elementos que retienen aguas en estado de putrefacción y hasta vehículos desguasados, que se han convertido en una guarida de alimañas de todo tipo.
Tras haber radicado varias denuncias ante autoridades de la Municipalidad de la Capital, comprobaron la concurrencia de inspectores al lugar, que sin embargo, al no ser atendidos por el propietario, se limitaron a pegar en el frente del inmueble un acta de infracción y se retiraron sin ningún otro procedimiento. En tanto, los vecinos, comprueban a diario, que roedores de gran tamaño y comadrejas deambulan por los patios y jardines de las casas vecinas y al ser perseguidos se refugian en el mencionado terreno. Además, reiteraron que no obstante las campañas de lucha contra las fiebres del dengue, zika y chikungunya, este lugar, es prácticamente un "santuario de los mosquitos portadores de las enfermedades".
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