Luego de los festejos carnestolendos se sucedió ayer el Miércoles de Cenizas, marcando el inicio de la
Cuaresma. Ayer los feligreses acudieron a las misas que se desarrollaron en las iglesias jujeñas para cumplir con el rito por el que reciben la
cruz de ceniza, y que se acompaña con ayuno, oración y penitencia.
En la Basílica de San Francisco de esta ciudad se oficiaron numerosas misas durante la jornada.
Hubo una atenta participación de la tradicional misa que da inicio a la Cuaresma, los 40 días que exhortan a la penitencia y purificación como preparativos de la
Pascua.
En la misa, el sacerdote y sus ministros desarrollan el simbólico rito: en algunos casos luego de llamar a la paz y comulgar; mientras que en otros fue al finalizar la Eucaristía.
El sacerdote franciscano ayer convocó al rito, ataviado con el color morado característico de la Cuaresma que simboliza luto y penitencia. Junto a una religiosa y un laico impuso las cenizas entre los feligreses presentes, constituyendo el signo de su deseo de conversión.
Se recuerda entonces la cita "polvo eres y en polvo te convertirás", para recordar que nuestra vida en la tierra es pasajera y que se encuentra en el cielo. Es el modo en que la Iglesia llama a los fieles a confesar sus pecados graves, hacer buenas obras, ser solidarios y a renunciar a lo superfluo y suntuoso.
La abstinencia en la práctica se da al reducir comidas a una y supone no comer carne, como modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido, dejar atrás el tiempo del festejo desmedido de Carnaval, de la carne y la intención de cambiar de vida. Se busca dejar la hipocresía y transitar un tiempo de reflexión.
Ayer se indicó el ayuno, al igual que ocurrirá el Viernes Santo, mientras que la abstinencia de carne es durante los viernes de Cuaresma.