El príncipe qatarí Nasser Al-Attiyah, a bordo de su Mini, se mostró feliz por haber ganado la etapa del Dakar de ayer. "Fue un día largo y con mucho calor. Estoy muy contento de haber ganado la etapa. En los últimos 30 kilómetros, se rompió el eje delantero y solo íbamos con dos ruedas, pero sin mayores problemas, porque los neumáticos respondieron muy bien y no tuvimos ni un pinchazo ni nada de nada", sostuvo.
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El príncipe qatarí Nasser Al-Attiyah, a bordo de su Mini, se mostró feliz por haber ganado la etapa del Dakar de ayer. "Fue un día largo y con mucho calor. Estoy muy contento de haber ganado la etapa. En los últimos 30 kilómetros, se rompió el eje delantero y solo íbamos con dos ruedas, pero sin mayores problemas, porque los neumáticos respondieron muy bien y no tuvimos ni un pinchazo ni nada de nada", sostuvo.
Luego explicó que "el vehículo respondió a la perfección. Va a ser difícil, pero tengo que consolidar mi posición delante de Giniel. Ahora mismo tenemos 21 o 22 minutos de ventaja sobre él. Hay que seguir así".
Por su parte, Sebastien Loeb, de Peugeot, reconoció que fue importante poder haber llegado a la meta en una travesía muy exigente por el calor. "Todo es aprendizaje para mí", sostuvo.
Mientras que su compañero de equipo, Stephane Peterhansel, declaró que tuvo un problema mecánico que complicó su performance de ayer.
"El rally se caracteriza por esos altibajos continuos. Basta un mal día en el Dakar y hasta el año que viene", declaró el líder de la general.