Los
equipos de rescate ayer continuaban buscando sobrevivientes del crucero que se hundió el lunes con más de 450 personas a bordo en el
río Yangtsé, en el centro de
China, a causa de un pequeño tornado.
A media tarde de ayer, los socorristas habían encontrado a 14 sobrevivientes y 26 cadáveres, algunos de ellos a unos 50 kilómetros río abajo del lugar del naufragio.
Bajo una lluvia intensa, los equipos de rescate con el apoyo de un centenar de buzos seguían registrando el casco del "Dongfangzhixing" ("Estrella de Oriente"), que se hundió a 15 metros de profundidad.
Los socorristas empezaron a perforar el fondo de la embarcación para asegurarse de que no quedaba nadie en el interior, según la agencia china Xinhua. "El barco se hundió en muy poco tiempo, así que puede haber aire atrapado en el casco, lo que significa que puede haber sobrevivientes", explicó Li Qixiu de la Universidad de Ingeniería Naval, citado por Xinhua.
El "Estrella de Oriente" cubría la ruta entre dos antiguas capitales chinas, Nankín (este) y Chongqing (centro) y naufragó en la región de Jianli, provincia de Hubei.
Según la Oficina Estatal de Meteorología, un tornado golpeó brevemente la región de Jianli, acompañado de vientos de más de 117 kilómetros por hora y de precipitaciones de más de 64 milímetros en una hora.
El fenómeno meteorológico duró entre 15 y 20 minutos, a la hora en la que el navío naufragó, aunque la oficina no precisó su localización ni su trayectoria exacta.
Esto coincidiría con la versión de dos rescatados, el capitán y el ingeniero jefe, que declararon que el barco había sido atrapado por un "tornado". Los dos hombres estaban en manos de la policía para las labores de la investigación.
Pocas esperanzas
A pesar de todo, ayer las esperanzas de encontrar sobrevivientes parecían ínfimas.
En
Shanghái, de donde eran originarios un centenar de pasajeros, los allegados de los desaparecidos se dejaron llevar por la cólera ante el ayuntamiento, indignados por la falta de noticias. Un vivo enfrentamiento tuvo lugar con las fuerzas de orden, que querían dispersarlos.
En un hospital de Jianli, una pareja buscaba desesperadamente a un tío y una tía desaparecidos en el naufragio. "Hemos conducido toda la noche" desde Nankín, a 750 kilómetros, declaró la mujer. "Su hijo pudo acudir al lugar del drama", señaló, agregando: "no sabemos gran cosa".
Desde el Vaticano, el Papa Francisco envió un mensaje de pésame "al pueblo chino en este momento difícil", asegurando que "rezaría por las víctimas, sus familias y todos los implicados en las tareas de rescate".
Los
equipos de rescate ayer continuaban buscando sobrevivientes del crucero que se hundió el lunes con más de 450 personas a bordo en el
río Yangtsé, en el centro de
China, a causa de un pequeño tornado.
A media tarde de ayer, los socorristas habían encontrado a 14 sobrevivientes y 26 cadáveres, algunos de ellos a unos 50 kilómetros río abajo del lugar del naufragio.
Bajo una lluvia intensa, los equipos de rescate con el apoyo de un centenar de buzos seguían registrando el casco del "Dongfangzhixing" ("Estrella de Oriente"), que se hundió a 15 metros de profundidad.
Los socorristas empezaron a perforar el fondo de la embarcación para asegurarse de que no quedaba nadie en el interior, según la agencia china Xinhua. "El barco se hundió en muy poco tiempo, así que puede haber aire atrapado en el casco, lo que significa que puede haber sobrevivientes", explicó Li Qixiu de la Universidad de Ingeniería Naval, citado por Xinhua.
El "Estrella de Oriente" cubría la ruta entre dos antiguas capitales chinas, Nankín (este) y Chongqing (centro) y naufragó en la región de Jianli, provincia de Hubei.
Según la Oficina Estatal de Meteorología, un tornado golpeó brevemente la región de Jianli, acompañado de vientos de más de 117 kilómetros por hora y de precipitaciones de más de 64 milímetros en una hora.
El fenómeno meteorológico duró entre 15 y 20 minutos, a la hora en la que el navío naufragó, aunque la oficina no precisó su localización ni su trayectoria exacta.
Esto coincidiría con la versión de dos rescatados, el capitán y el ingeniero jefe, que declararon que el barco había sido atrapado por un "tornado". Los dos hombres estaban en manos de la policía para las labores de la investigación.
Pocas esperanzas
A pesar de todo, ayer las esperanzas de encontrar sobrevivientes parecían ínfimas.
En
Shanghái, de donde eran originarios un centenar de pasajeros, los allegados de los desaparecidos se dejaron llevar por la cólera ante el ayuntamiento, indignados por la falta de noticias. Un vivo enfrentamiento tuvo lugar con las fuerzas de orden, que querían dispersarlos.
En un hospital de Jianli, una pareja buscaba desesperadamente a un tío y una tía desaparecidos en el naufragio. "Hemos conducido toda la noche" desde Nankín, a 750 kilómetros, declaró la mujer. "Su hijo pudo acudir al lugar del drama", señaló, agregando: "no sabemos gran cosa".
Desde el Vaticano, el Papa Francisco envió un mensaje de pésame "al pueblo chino en este momento difícil", asegurando que "rezaría por las víctimas, sus familias y todos los implicados en las tareas de rescate".