Bolivia conmemoró ayer el año nuevo andino 5.523, que coincide con el solsticio de invierno del hemisferio sur, con actividades diversas, entre ellas una ceremonia al Dios Sol en un desierto de sal, y otra en un templo de la cultura Tiwanaku.
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Bolivia conmemoró ayer el año nuevo andino 5.523, que coincide con el solsticio de invierno del hemisferio sur, con actividades diversas, entre ellas una ceremonia al Dios Sol en un desierto de sal, y otra en un templo de la cultura Tiwanaku.
La ceremonia principal tuvo lugar en el Salar de Uyuni, una de las mayores salinas del mundo, rica en litio, en el suroeste de Bolivia, encabezada por el presidente Evo Morales.
El mandatario indígena le dio impulso a esta celebración anual desde que llegó al poder en 2006.
"En el Machaq Marka (año nuevo) 5.523, estamos firmes, como soldados de esta madre Tierra, como soldados de nuestro proceso de cambio y estamos aquí para seguir liberándonos", dijo Morales, enfundado en un poncho blanco de llama, en un discurso en la isla de Incahuasi, en medio del mar de sal.
En otra actividad conmemorativa, el gobernador de La Paz, Félix Patzi, un sociólogo e intelectual aymara, opositor de Morales, presidió los actos en el templo de Tiwanaku, donde miles de personas recibieron los primeros rayos del sol con las manos extendidas en alto, en una emotiva ceremonia en honor al Tata Inti.
Morales llevó este año al Salar de Uyuni la conmemoración del año andino aparentemente con fines de promoción turística del lugar.
En años pasados promovió también la celebración del año nuevo en lugares de la Amazonia, aunque con escaso éxito.