Sus restos procedentes de Buenos Aires arribarán hoy a las 20 al aeropuerto "Horacio Guzmán" y serán trasladados al micro estadio cubierto de Talleres donde serán velados.
El dirigente del "expreso" Daniel Azcurra le ofreció a Manuel Ortega las instalaciones del club, recordando emocionado el paso de él como jugador en los tiempos duros de Talleres y que su hijo Emanuel se formó en las inferiores.
Emanuel Ortega se formó en las divisiones inferiores del "expreso" periqueño, donde compartió gratos momentos con Jairo Saavedra y Diego Pascuttini, entre otros. Con solo 13 años aprobó el examen y se incorporó a las filas de Bánfield, siendo toda una aventura para un chico del interior jujeño que se fue en busca de su destino futbolístico a Buenos Aires.
Jairo Saavedra: "Yo jugaba en octava y Emanuel Ortega en novena. Era humilde y de gran corazón. Estoy muy triste". Jairo Saavedra: "Yo jugaba en octava y Emanuel Ortega en novena. Era humilde y de gran corazón. Estoy muy triste
Merced a su constancia y tenacidad por ser alguien en el futuro, superó el desarraigo y se acostumbró a vivir en la gran ciudad.
Hace casi tres meses, el 21 de febrero cumplió 21 años y como premio a su perseverancia fue llamado a firmar su primer contrato profesional. Empezaba a coronar su sueño para ayudar a su familia que lo había alentado en todo el proceso para que nunca bajara los brazos.
"Era un chico bueno de corazón, tenaz, peleador como él solo por ser alguien en el fútbol, pero nunca dejó su humildad a pesar que ahora podía vivir de su profesión" comenzó diciendo emocionada Natacha Ruiz, prima de Emanuel Ortega ante
El Tribuno de Jujuy.
Con los ojos llenos de lágrimas, tuvo que hacer fuerza para seguir hablando de su primo, pero cuando hilvanaba palabras, le brotaban emocionados recuerdos, sobre todo porque en el verano pasado habían compartido momentos felices y antes de regresar a Buenos Aires le dijo: "Voy a volver pronto para que tomemos mate".
La pausa era entendible, porque la procesión iba por adentro de ella. En otro pasaje de la charla sostuvo: "Pensar que tenía solo 13 años cuando se fue. Allá pudo estudiar, terminó la secundaria y entrenaba duro porque su sueño era ser jugador profesional para ayudar a su familia. Lo que había conseguido era fruto de su sacrificio".
Agregó que en Bánfield tuvo mucha contención de sus compañeros de equipo. "Se propuso una meta y lo consiguió. Era humilde, todo un ejemplo. La última vez que estuvimos estaba muy feliz con su contrato recién firmado y yo orgullosa de él, lo llamaba 'Ema', 'Facha' le decían en su barrio El Milagro y 'Burro' en Buenos Aires. Cada vez que venía, jugaba un 'picadito' con sus amigos sin ningún problema".
El 3 de julio de 2012 escribió en su muro de Facebook: "Capaz que no llegue a jugar profesionalmente al fútbol, o capaz si. Pero amateurmente cuando voy a cada pelota voy a morir, cuando mis piernas dicen BASTA, mi corazón dice SEGUI. A diferencia de los profesionales, cuando se me rompen los botines no los cambio, paso noches arreglándolos, pegándolos para poder seguir jugando, porque es lo que amo. El fútbol es mi VIDA, no solo un pasatiempo, es lo que me hace olvidar de todo y por el que daría la vida. El día que no pueda jugar más, ahí termina mi vida". Un texto que pinta de cuerpo y alma a Emanuel Ortega.
Sus restos procedentes de Buenos Aires arribarán hoy a las 20 al aeropuerto "Horacio Guzmán" y serán trasladados al micro estadio cubierto de Talleres donde serán velados.
El dirigente del "expreso" Daniel Azcurra le ofreció a Manuel Ortega las instalaciones del club, recordando emocionado el paso de él como jugador en los tiempos duros de Talleres y que su hijo Emanuel se formó en las inferiores.
Emanuel Ortega se formó en las divisiones inferiores del "expreso" periqueño, donde compartió gratos momentos con Jairo Saavedra y Diego Pascuttini, entre otros. Con solo 13 años aprobó el examen y se incorporó a las filas de Bánfield, siendo toda una aventura para un chico del interior jujeño que se fue en busca de su destino futbolístico a Buenos Aires.
Jairo Saavedra: "Yo jugaba en octava y Emanuel Ortega en novena. Era humilde y de gran corazón. Estoy muy triste". Jairo Saavedra: "Yo jugaba en octava y Emanuel Ortega en novena. Era humilde y de gran corazón. Estoy muy triste
Merced a su constancia y tenacidad por ser alguien en el futuro, superó el desarraigo y se acostumbró a vivir en la gran ciudad.
Hace casi tres meses, el 21 de febrero cumplió 21 años y como premio a su perseverancia fue llamado a firmar su primer contrato profesional. Empezaba a coronar su sueño para ayudar a su familia que lo había alentado en todo el proceso para que nunca bajara los brazos.
"Era un chico bueno de corazón, tenaz, peleador como él solo por ser alguien en el fútbol, pero nunca dejó su humildad a pesar que ahora podía vivir de su profesión" comenzó diciendo emocionada Natacha Ruiz, prima de Emanuel Ortega ante
El Tribuno de Jujuy.
Con los ojos llenos de lágrimas, tuvo que hacer fuerza para seguir hablando de su primo, pero cuando hilvanaba palabras, le brotaban emocionados recuerdos, sobre todo porque en el verano pasado habían compartido momentos felices y antes de regresar a Buenos Aires le dijo: "Voy a volver pronto para que tomemos mate".
La pausa era entendible, porque la procesión iba por adentro de ella. En otro pasaje de la charla sostuvo: "Pensar que tenía solo 13 años cuando se fue. Allá pudo estudiar, terminó la secundaria y entrenaba duro porque su sueño era ser jugador profesional para ayudar a su familia. Lo que había conseguido era fruto de su sacrificio".
Agregó que en Bánfield tuvo mucha contención de sus compañeros de equipo. "Se propuso una meta y lo consiguió. Era humilde, todo un ejemplo. La última vez que estuvimos estaba muy feliz con su contrato recién firmado y yo orgullosa de él, lo llamaba 'Ema', 'Facha' le decían en su barrio El Milagro y 'Burro' en Buenos Aires. Cada vez que venía, jugaba un 'picadito' con sus amigos sin ningún problema".
El 3 de julio de 2012 escribió en su muro de Facebook: "Capaz que no llegue a jugar profesionalmente al fútbol, o capaz si. Pero amateurmente cuando voy a cada pelota voy a morir, cuando mis piernas dicen BASTA, mi corazón dice SEGUI. A diferencia de los profesionales, cuando se me rompen los botines no los cambio, paso noches arreglándolos, pegándolos para poder seguir jugando, porque es lo que amo. El fútbol es mi VIDA, no solo un pasatiempo, es lo que me hace olvidar de todo y por el que daría la vida. El día que no pueda jugar más, ahí termina mi vida". Un texto que pinta de cuerpo y alma a Emanuel Ortega.