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13 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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El Papa exigió que cesen las tragedias y persecuciones

Lunes, 06 de abril de 2015 00:00
Plaza San Pedro / Francisco saludó a sus seguidores desde el papa móvil, entre ellos un grupo de jujeños.
El Papa Francisco exigió ayer con motivo de la Pascua que cesen las tragedias y persecuciones en África y Medio Oriente, en un clima de violencia en nombre de la religión ensombrecida aún más por la matanza de cristianos en Kenia.
"Que todas las personas de buena voluntad eleven una oración incesante por aquellos que perdieron su vida, y pienso muy especialmente en los jóvenes asesinados el pasado jueves en la Universidad de Garissa, en Kenia", dijo Francisco desde el balcón de la basílica de San Pedro antes de impartir su tradicional bendición "Urbi et Orbi".
Jorge Bergoglio, de 78 años de edad, con el semblante pálido y severo, ofició bajo una fuerte lluvia esta misa solemne en la explanada de la basílica de San Pedro.
"Quien lleva en sí la fuerza de Dios, su amor y su justicia, no necesita usar la violencia" amonestó, refiriéndose a los grupos religiosos que recurren a la guerra, pero sin mencionar a los movimientos yihadistas.
Luego de haber celebrado la misa de Pascua, Francisco saludó a jujeños que se encontraban en la plaza con una bandera argentina. Luego de haber celebrado la misa de Pascua, Francisco saludó a jujeños que se encontraban en la plaza con una bandera argentina.
Como cada año, se pusieron grandes instalaciones de flores frescas de colores vivos, llegadas de Holanda, que aligeraban el ambiente, mientras que a la izquierda del altar, se expuso un gran icono de Cristo.
La multitud se apiñó bajo un mar de paraguas multicolores entre la columnata de Bernini.
Esta tercera Pascua que celebra Francisco desde su elección en marzo de 2013 está ensombrecida por la masacre de los yihadistas somalíes shebab contra estudiantes, en su mayoría cristianos, de la universidad Garissa de Kenia, que el jueves dejó 148 muertos.
El Papa argentino también exhortó a la comunidad internacional a que "no permanezca inerte ante la inmensa tragedia humanitaria" en Siria e Irak y "el drama de tantos refugiados". Que "cese el fragor de las armas y se restablezca una buena convivencia entre los diferentes grupos que conforman estos amados países".
Aunque no se refirió a las persecuciones de los yihadistas contra los cristianos, el Papa pidió a Jesús "que alivie el sufrimiento de tantos hermanos nuestros perseguidos a causa de su nombre".
Por último, también llamó a acabar "con el absurdo derramamiento de sangre" en Libia y pidió que en Yemen "prevalezca una voluntad común de pacificación, por el bien de toda la población".

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El Papa Francisco exigió ayer con motivo de la Pascua que cesen las tragedias y persecuciones en África y Medio Oriente, en un clima de violencia en nombre de la religión ensombrecida aún más por la matanza de cristianos en Kenia.
"Que todas las personas de buena voluntad eleven una oración incesante por aquellos que perdieron su vida, y pienso muy especialmente en los jóvenes asesinados el pasado jueves en la Universidad de Garissa, en Kenia", dijo Francisco desde el balcón de la basílica de San Pedro antes de impartir su tradicional bendición "Urbi et Orbi".
Jorge Bergoglio, de 78 años de edad, con el semblante pálido y severo, ofició bajo una fuerte lluvia esta misa solemne en la explanada de la basílica de San Pedro.
"Quien lleva en sí la fuerza de Dios, su amor y su justicia, no necesita usar la violencia" amonestó, refiriéndose a los grupos religiosos que recurren a la guerra, pero sin mencionar a los movimientos yihadistas.
Luego de haber celebrado la misa de Pascua, Francisco saludó a jujeños que se encontraban en la plaza con una bandera argentina. Luego de haber celebrado la misa de Pascua, Francisco saludó a jujeños que se encontraban en la plaza con una bandera argentina.
Como cada año, se pusieron grandes instalaciones de flores frescas de colores vivos, llegadas de Holanda, que aligeraban el ambiente, mientras que a la izquierda del altar, se expuso un gran icono de Cristo.
La multitud se apiñó bajo un mar de paraguas multicolores entre la columnata de Bernini.
Esta tercera Pascua que celebra Francisco desde su elección en marzo de 2013 está ensombrecida por la masacre de los yihadistas somalíes shebab contra estudiantes, en su mayoría cristianos, de la universidad Garissa de Kenia, que el jueves dejó 148 muertos.
El Papa argentino también exhortó a la comunidad internacional a que "no permanezca inerte ante la inmensa tragedia humanitaria" en Siria e Irak y "el drama de tantos refugiados". Que "cese el fragor de las armas y se restablezca una buena convivencia entre los diferentes grupos que conforman estos amados países".
Aunque no se refirió a las persecuciones de los yihadistas contra los cristianos, el Papa pidió a Jesús "que alivie el sufrimiento de tantos hermanos nuestros perseguidos a causa de su nombre".
Por último, también llamó a acabar "con el absurdo derramamiento de sangre" en Libia y pidió que en Yemen "prevalezca una voluntad común de pacificación, por el bien de toda la población".

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