"Hora de Aventura", la serie de dibujos animados de Cartoon Network protagonizada por el adolescente Finn y su perro mágico Jake, se convirtió en fenómeno de masas para niños y adultos y logró trasladar con éxito a las viñetas su mundo postapocalíptico lleno princesas y reyes "pirados".
La serie, creada por el guionista estadounidense Pendleton Ward en 2010 y que va por la séptima temporada, logró atraer a ese público intergeneracional, gracias a una fórmula de episodios breves, de poco más de diez minutos, unos argumentos de humor surrealista, situaciones absurdas y unos dibujos "engañosamente sencillos", explicó Shelli Paroline, dibujante de la adaptación de la serie para el cómic.
Paroline, junto a su marido, Braden Lamb -también dibujante- y el guionista Ryan North, están estos días en Barcelona con motivo del Salón del Cómic, donde han podido comprobar la gran cantidad de seguidores que tiene la serie tanto en su versión televisiva como en la de viñetas (que publica Norma Editorial y que cuenta con varios premios Eisner y Harvey en su haber).
Si a primer golpe de vista la estética de "Hora de Aventura" -colores pastel y líneas sencillas- hace creer que se está ante un producto para niños, es solo otra de sus ilusiones, porque las historias y las ganas de "jaleo" de Finn y Jake, un perro con capacidad para modificar su tamaño, tienen muchas capas, y abordan con humor y un lenguaje directo, asuntos como la discriminación sexual, el medio ambiente, o la responsabilidad de crecer.
Pero sin tono aleccionador, porque uno de los pilares de la serie es que habla a todo el mundo de igual a igual, sin distinciones entre niños, adolescentes o adultos.
"Es muy accesible, fácil de seguir, divertida y eso no es tan fácil de conseguir. Crea un mundo donde te gustaría pasar un rato, muy imaginativo", comenta Ryan North, que llegó como guionista de los álbums por invitación del propio Pendleton Ward, quien supervisa todas las historias, pero que da autonomía a la serie en viñetas. "Nunca me ha dicho no a nada", dice North, autor también de la serie "Dinosaur cómics".
"Hora de Aventura" se sitúa en un planeta Tierra que, tras una catástrofe nuclear ("la guerra de los champiñones") fue mutando de forma extraña, al igual que sus habitantes, que habitan una serie de reinos gobernados por raras princesas, muy poderosas y con más genio que los dos protagonistas masculinos.
Paroline se sumó a la "spin off" tras haber trabajado en otras adaptaciones ("The Muppets"), aunque el éxito que estaba teniendo la versión animada le imponía un poco.
"Conocía la serie y cuando la veíamos, pensábamos, 'esta serie es mucho más de lo que nosotros podremos llegar a molar jamás'; pero, cuando tienes algo así entre manos, lo mejor es no pensar en la responsabilidad y pasarlo lo mejor posible", afirma Paroline.
Para North, la adaptación de las historietas de "Land of Ooo" ("Tierra de OOO", nombre del mundo que habitan Jake y Finn) resultaba a priori complicado, porque la página tiene su propio ritmo, por lo que decidió introducir en cada una de ellas una broma final.
"Creo que ha funcionado bien, porque hemos tratado de hacer cosas que solo se puedan hacer en el cómic. Por ejemplo, uno en el que sólo se hablaba con pictogramas en vez de palabras, u otro en el que se dejaba al lector elegir diferentes caminos a seguir", explica el guionista que, al igual que sus dos compañeros, fueron niños de los años ochenta, influidos por una imaginería de videojuegos y juegos de rol, pero también por Los Simpson.
No obstante, y a pesar de que "Hora de Aventura" es reconocible por su tono y estilo, North subraya que los ingredientes no se pueden desgranar.
"No hay una fórmula, las historias han de ser divertidas, tener corazón y sentimiento, porque los personajes van descubriendo cosas de sí mismos, hay una interacción sincera entre ellos", analiza el guionista, quien, aunque no tiene descendencia, sabe capturar ideas en los juegos de los hijos de familiares y amigos' aseguró.
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"Hora de Aventura", la serie de dibujos animados de Cartoon Network protagonizada por el adolescente Finn y su perro mágico Jake, se convirtió en fenómeno de masas para niños y adultos y logró trasladar con éxito a las viñetas su mundo postapocalíptico lleno princesas y reyes "pirados".
La serie, creada por el guionista estadounidense Pendleton Ward en 2010 y que va por la séptima temporada, logró atraer a ese público intergeneracional, gracias a una fórmula de episodios breves, de poco más de diez minutos, unos argumentos de humor surrealista, situaciones absurdas y unos dibujos "engañosamente sencillos", explicó Shelli Paroline, dibujante de la adaptación de la serie para el cómic.
Paroline, junto a su marido, Braden Lamb -también dibujante- y el guionista Ryan North, están estos días en Barcelona con motivo del Salón del Cómic, donde han podido comprobar la gran cantidad de seguidores que tiene la serie tanto en su versión televisiva como en la de viñetas (que publica Norma Editorial y que cuenta con varios premios Eisner y Harvey en su haber).
Si a primer golpe de vista la estética de "Hora de Aventura" -colores pastel y líneas sencillas- hace creer que se está ante un producto para niños, es solo otra de sus ilusiones, porque las historias y las ganas de "jaleo" de Finn y Jake, un perro con capacidad para modificar su tamaño, tienen muchas capas, y abordan con humor y un lenguaje directo, asuntos como la discriminación sexual, el medio ambiente, o la responsabilidad de crecer.
Pero sin tono aleccionador, porque uno de los pilares de la serie es que habla a todo el mundo de igual a igual, sin distinciones entre niños, adolescentes o adultos.
"Es muy accesible, fácil de seguir, divertida y eso no es tan fácil de conseguir. Crea un mundo donde te gustaría pasar un rato, muy imaginativo", comenta Ryan North, que llegó como guionista de los álbums por invitación del propio Pendleton Ward, quien supervisa todas las historias, pero que da autonomía a la serie en viñetas. "Nunca me ha dicho no a nada", dice North, autor también de la serie "Dinosaur cómics".
"Hora de Aventura" se sitúa en un planeta Tierra que, tras una catástrofe nuclear ("la guerra de los champiñones") fue mutando de forma extraña, al igual que sus habitantes, que habitan una serie de reinos gobernados por raras princesas, muy poderosas y con más genio que los dos protagonistas masculinos.
Paroline se sumó a la "spin off" tras haber trabajado en otras adaptaciones ("The Muppets"), aunque el éxito que estaba teniendo la versión animada le imponía un poco.
"Conocía la serie y cuando la veíamos, pensábamos, 'esta serie es mucho más de lo que nosotros podremos llegar a molar jamás'; pero, cuando tienes algo así entre manos, lo mejor es no pensar en la responsabilidad y pasarlo lo mejor posible", afirma Paroline.
Para North, la adaptación de las historietas de "Land of Ooo" ("Tierra de OOO", nombre del mundo que habitan Jake y Finn) resultaba a priori complicado, porque la página tiene su propio ritmo, por lo que decidió introducir en cada una de ellas una broma final.
"Creo que ha funcionado bien, porque hemos tratado de hacer cosas que solo se puedan hacer en el cómic. Por ejemplo, uno en el que sólo se hablaba con pictogramas en vez de palabras, u otro en el que se dejaba al lector elegir diferentes caminos a seguir", explica el guionista que, al igual que sus dos compañeros, fueron niños de los años ochenta, influidos por una imaginería de videojuegos y juegos de rol, pero también por Los Simpson.
No obstante, y a pesar de que "Hora de Aventura" es reconocible por su tono y estilo, North subraya que los ingredientes no se pueden desgranar.
"No hay una fórmula, las historias han de ser divertidas, tener corazón y sentimiento, porque los personajes van descubriendo cosas de sí mismos, hay una interacción sincera entre ellos", analiza el guionista, quien, aunque no tiene descendencia, sabe capturar ideas en los juegos de los hijos de familiares y amigos' aseguró.
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