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9 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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Lo de Nisman fue un vuelto de Stiuso a Cristina

Martes, 24 de febrero de 2015 00:00
El secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, aseguró ayer que el caso del fallecido fiscal federal, Alberto Nisman, "absolutamente" fue un "vuelto" del exespía Jaime Stiuso a la presidente, Cristina Fernández, tras haber sido relevado. Además, el funcionario sostuvo que Diego Lagomarsino, el asistente que le entregó el arma cuya bala provocó la muerte de Alberto Nisman, "debería estar preso".
En declaraciones a los medios, el secretario recordó que Stiuso "fue relevado por la Presidente a fines del año pasado, y se jubiló el 6 de enero de este año", y lo vinculó al caso Nisman. "No tengo dudas de que no está ajeno a lo que está sucediendo. Creo que todo esto de la denuncia y demás yerbas fue un manotazo de ahogado" de Stiuso, explicó.
En ese sentido, insistió con que el fallecido fiscal era "empleado" del exespía, que "le daba órdenes, lisa y llanamente". "Lo he comprobado yo, uno se da cuenta cuando participa en cosas como ellos. Se notaba", agregó.
Con respecto a Lagomarsino, Fernández aseguró que "en cualquier otro país, estaría preso", y "debe dar largas explicaciones que todavía no ha dado". "El libreto lo escribe el doctor Maximiliano Rusconi, un abogado caro que sabe Dios quién lo pagó. Hay mucho para explicar", aseveró.
Repercusiones del 18 F
Según el funcionario, uno de los fiscales que organizó la marcha de homenaje al fallecido, Alberto Nisman, dijo que tenía que "haber sangre", aunque se rehusó a precisar de quién se trata. Además, afirmó que los fiscales que participaron de la movilización "se han metido en lo que no se tienen que meter" al considerar que "la misión más delicada que tiene el Poder Judicial es mantenerse dentro de la órbita de su jurisdicción".
El funcionario dijo que dará a conocer el nombre de quien hizo esas afirmaciones "en el lugar que corresponda", y advirtió: "No me voy a callar la boca". De todas formas, aclaró que no quería ser "dramático", y que esa frase sonaba "a que tenían que ser duros en los gestos que iban a tomar".

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El secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, aseguró ayer que el caso del fallecido fiscal federal, Alberto Nisman, "absolutamente" fue un "vuelto" del exespía Jaime Stiuso a la presidente, Cristina Fernández, tras haber sido relevado. Además, el funcionario sostuvo que Diego Lagomarsino, el asistente que le entregó el arma cuya bala provocó la muerte de Alberto Nisman, "debería estar preso".
En declaraciones a los medios, el secretario recordó que Stiuso "fue relevado por la Presidente a fines del año pasado, y se jubiló el 6 de enero de este año", y lo vinculó al caso Nisman. "No tengo dudas de que no está ajeno a lo que está sucediendo. Creo que todo esto de la denuncia y demás yerbas fue un manotazo de ahogado" de Stiuso, explicó.
En ese sentido, insistió con que el fallecido fiscal era "empleado" del exespía, que "le daba órdenes, lisa y llanamente". "Lo he comprobado yo, uno se da cuenta cuando participa en cosas como ellos. Se notaba", agregó.
Con respecto a Lagomarsino, Fernández aseguró que "en cualquier otro país, estaría preso", y "debe dar largas explicaciones que todavía no ha dado". "El libreto lo escribe el doctor Maximiliano Rusconi, un abogado caro que sabe Dios quién lo pagó. Hay mucho para explicar", aseveró.
Repercusiones del 18 F
Según el funcionario, uno de los fiscales que organizó la marcha de homenaje al fallecido, Alberto Nisman, dijo que tenía que "haber sangre", aunque se rehusó a precisar de quién se trata. Además, afirmó que los fiscales que participaron de la movilización "se han metido en lo que no se tienen que meter" al considerar que "la misión más delicada que tiene el Poder Judicial es mantenerse dentro de la órbita de su jurisdicción".
El funcionario dijo que dará a conocer el nombre de quien hizo esas afirmaciones "en el lugar que corresponda", y advirtió: "No me voy a callar la boca". De todas formas, aclaró que no quería ser "dramático", y que esa frase sonaba "a que tenían que ser duros en los gestos que iban a tomar".

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