Se desató la polémica por la "
Marcha del silencio" convocada por fiscales federales para el próximo 18 de febrero, en reclamo por el esclarecimiento de la misteriosa muerte del fiscal Alberto
Nisman, quien denunció a la presidente
Cristina Fernández de Kirchner por "encubrimiento" de los sospechosos iraníes del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia) en 1994.
Los cruces entre oficialistas y opositores no cesan y cada vez toman mayor intensidad. Tal es la expectativa respecto a la protesta que se espera una alta concurrencia de ciudadanos opositores al Gobierno, en distintos puntos del país.
Ayer, Aníbal Fernández, secretario general de la Presidencia, apuntó a los precandidatos presidenciales Mauricio Macri (PRO) y Sergio Massa (Frente Renovador), y los tildó de "enormes oportunistas" por concurrir a la marcha que la semana próxima recordará al fallecido fiscal federal a un mes de su muerte. Fernández declaró que "buscan utilizar su muerte" para "beneficio propio" y descalificó los dichos del fiscal Carlos Stornelli, quien dijo días atrás que
Nisman "podría no ser el último".
"Cuestionados"
La titular de la agrupación Justicia Legítima y presidenta de la Cámara de Casación Penal, María Laura Garrigós de Rébori, advirtió ayer que los fiscales que convocaron a la "Marcha del Silencio" están "cuestionados" en algunas causas, tienen relación con la Secretaría de Inteligencia y "en realidad les molesta" la reforma del Código Procesal Penal.
"Desde Justicia Legítima puedo aventurar que no estamos de acuerdo con la convocatoria de la marcha", sostuvo Garrigós de Rébori y lanzó una advertencia: "Cualquier juez que participe corre el riesgo de ser utilizado políticamente" por la presencia de dirigentes.
Mientras, los sindicalistas opositores Hugo Moyano (CGT Azopardo) y Luis Barrionuevo (CGT Azul y Blanca) confirmaron su participación "sin identificaciones gremiales ni partidarias" y "para que no vuelva el miedo ni los muertos políticos a la Argentina". "Marchamos por la verdad y la Justicia", declararon.
Se desató la polémica por la "
Marcha del silencio" convocada por fiscales federales para el próximo 18 de febrero, en reclamo por el esclarecimiento de la misteriosa muerte del fiscal Alberto
Nisman, quien denunció a la presidente
Cristina Fernández de Kirchner por "encubrimiento" de los sospechosos iraníes del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia) en 1994.
Los cruces entre oficialistas y opositores no cesan y cada vez toman mayor intensidad. Tal es la expectativa respecto a la protesta que se espera una alta concurrencia de ciudadanos opositores al Gobierno, en distintos puntos del país.
Ayer, Aníbal Fernández, secretario general de la Presidencia, apuntó a los precandidatos presidenciales Mauricio Macri (PRO) y Sergio Massa (Frente Renovador), y los tildó de "enormes oportunistas" por concurrir a la marcha que la semana próxima recordará al fallecido fiscal federal a un mes de su muerte. Fernández declaró que "buscan utilizar su muerte" para "beneficio propio" y descalificó los dichos del fiscal Carlos Stornelli, quien dijo días atrás que
Nisman "podría no ser el último".
"Cuestionados"
La titular de la agrupación Justicia Legítima y presidenta de la Cámara de Casación Penal, María Laura Garrigós de Rébori, advirtió ayer que los fiscales que convocaron a la "Marcha del Silencio" están "cuestionados" en algunas causas, tienen relación con la Secretaría de Inteligencia y "en realidad les molesta" la reforma del Código Procesal Penal.
"Desde Justicia Legítima puedo aventurar que no estamos de acuerdo con la convocatoria de la marcha", sostuvo Garrigós de Rébori y lanzó una advertencia: "Cualquier juez que participe corre el riesgo de ser utilizado políticamente" por la presencia de dirigentes.
Mientras, los sindicalistas opositores Hugo Moyano (CGT Azopardo) y Luis Barrionuevo (CGT Azul y Blanca) confirmaron su participación "sin identificaciones gremiales ni partidarias" y "para que no vuelva el miedo ni los muertos políticos a la Argentina". "Marchamos por la verdad y la Justicia", declararon.