El parlamento taiwanés aprobó la primera ley asiática de interrupción del tratamiento médico y uso de dispositivos de soporte vital en cinco situaciones clínicas, informó ayer el Legislativo isleño.
Esta ley, la primera de su tipo en Asia en admitir la eutanasia, comenzará a regir en tres años, anunció el Ministerio de Salud y Bienestar Social.
Las cinco situaciones en las que se podrá optar por abandonar el tratamiento son los casos terminales, comas irreversibles, estados vegetativos persistentes, demencia avanzada y otras afecciones catalogadas como "incurables", enumeró la agencia EFE.
La ley estipula que el paciente, de antemano o después de consultar con los médicos, puede rechazar los cuidados cuando enfrente una de las cinco condiciones mencionadas por los profesionales.
Para acceder al proceso de muerte sin dolores ni molestas ni sufrimientos físicos, dos médicos especializados en ámbitos relacionados con la enfermedad del paciente y el equipo de cuidados paliativos deben confirmar la condición de la persona, antes de ejecutar los deseos del paciente, según la normativa.
"No se pretende animar a la eutanasia o al suicidio asistido, sino darle a los pacientes la capacidad para poner fin a sus vidas de modo natural y no ser obligado a sobrevivir con dispositivos de soporte vital, que hacen el proceso menos llevadero", dijo el legislador Tian Jiu-qin en declaraciones a la prensa isleña.
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Esta ley, la primera de su tipo en Asia en admitir la eutanasia, comenzará a regir en tres años, anunció el Ministerio de Salud y Bienestar Social.
Las cinco situaciones en las que se podrá optar por abandonar el tratamiento son los casos terminales, comas irreversibles, estados vegetativos persistentes, demencia avanzada y otras afecciones catalogadas como "incurables", enumeró la agencia EFE.
La ley estipula que el paciente, de antemano o después de consultar con los médicos, puede rechazar los cuidados cuando enfrente una de las cinco condiciones mencionadas por los profesionales.
Para acceder al proceso de muerte sin dolores ni molestas ni sufrimientos físicos, dos médicos especializados en ámbitos relacionados con la enfermedad del paciente y el equipo de cuidados paliativos deben confirmar la condición de la persona, antes de ejecutar los deseos del paciente, según la normativa.
"No se pretende animar a la eutanasia o al suicidio asistido, sino darle a los pacientes la capacidad para poner fin a sus vidas de modo natural y no ser obligado a sobrevivir con dispositivos de soporte vital, que hacen el proceso menos llevadero", dijo el legislador Tian Jiu-qin en declaraciones a la prensa isleña.
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