Víctor Aramayo incursionó ya al crear un club de robótica, en sendos trabajos con chicos experiencias de fabricación en el Fab Lab Jujuy durante dos años desde su inicio. La experiencia concretada se inició en enero del 2014 con el emprendimiento llamado "OpenLab", un laboratorio con todo lo necesario para fabricar dispositivos electrónicos, y además contaba con dos máquinas de fabricación digital, una ruteadora CNC y una cortadora laser.
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Víctor Aramayo incursionó ya al crear un club de robótica, en sendos trabajos con chicos experiencias de fabricación en el Fab Lab Jujuy durante dos años desde su inicio. La experiencia concretada se inició en enero del 2014 con el emprendimiento llamado "OpenLab", un laboratorio con todo lo necesario para fabricar dispositivos electrónicos, y además contaba con dos máquinas de fabricación digital, una ruteadora CNC y una cortadora laser.
A partir de ahí decidió formar un club de robótica y convocar a participantes. "Me sorprendió gratamente el interés que despertó la convocatoria y se logró formar un grupo, integrado en su mayoría por estudiantes universitarios.
Cabe mencionar que muchos de ellos expresaban que les hubiese gustado estudiar electrónica pero por cuestiones económicas no había sido posible", explicó el ingeniero impulsor de la iniciativa.
Por ello decidió comprar una impresora 3D, lo que terminó siendo un estímulo muy potente para el grupo más allá de expandir las posibilidades de fabricación. Todos los ejemplos que se muestran fueron desarrollados íntegramente en el laboratorio y por una sola persona.
Uno de los principales beneficios que ofrece un Fab Lab es la posibilidad de fabricar prototipos que desarrollaron, entre ellos kits de robótica, sistemas constructivo, módulos LED y una microcomputadora) que actualmente se encuentran bajo prueba con el objetivo de llegar a un producto final para su posterior comercialización.