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6 de Septiembre,  Jujuy, Argentina
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Consagración sacerdotal en La Mendieta

Lunes, 14 de diciembre de 2015 01:30
Una vez más, la dulce localidad azucarera de La Mendieta, ofrendó otro de sus hijos a la Iglesia para ser servidor de Dios y de los hombres, para llevar el mensaje de amor, de paz, de fe y de esperanza hacia sus hermanos. Así, el padre Mario Alberto Valdivia, se constituyó en el tercer sacerdote mendieteño, que en estos años consagró la Iglesia católica en la provincia de Jujuy. Fue una sentida ceremonia, que tuvo un marco especial por la gran cantidad de feligreses que llegaron a ser partícipes de tan importante acontecimiento, que se vivió a pleno bajo un tórrida jornada y que fue presidida por monseñor César Daniel Fernández y concelebrada por los sacerdotes de toda la Diócesis.
El flamante sacerdote nació en la localidad de La Mendieta el 15 de agosto de 1979, en el seno de su familia constituida por su padre ya fallecido Oscar Valdivia y Margarita Villagrán quien estuvo presente en la ceremonia de ordenación. Según el relato del sacerdote, desde pequeño sintió el llamado de Dios en los grupos juveniles, en la catequesis, en las experiencias de misión y lo siguió haciendo durante su vida hasta que no pudo decirle que no. "Los estudios primarios y secundarios los realice en mi ciudad natal, luego tuve una experiencia de trabajo y estudio en Buenos Aires desde donde regresé acompañado y orientado por un sacerdote para ingresar al seminario de Jujuy Pedro Ortiz de Zárate" comento momentos previos a la ceremonia.
Con una larga procesión de todos los seminaristas, diáconos, sacerdotes y monseñor César Daniel Fernández, comenzó la ceremonia de ordenación, que se realizó en el atrio del templo matriz, el que fue engalanado para la ocasión.
"Vivimos este momento con inmensa alegría porque otro hijo de la comunidad de La Mendieta de la iglesia diocesana, será promovido al ministerio presbiteral, el diácono Mario Alberto, quien está con ustedes junto a su madre, sus hermanos, su familia, están con ustedes lo han visto crecer y desarrollar en él este ministerio de su vocación. Qué significa este ministerio en el cual un hombre joven como muchos, pueda haber escuchado en algún momento el llamado de Dios? Se repite en él, aquello que a lo largo de la historia de la salvación ha sucedido con tantos varones y mujeres, a quienes Dios llamó para que de una forma u otra fueran sus instrumentos en la obra de la salvación", indicó monseñor Fernández en su homilía.
Promesas
Cuando llegó el momento de las promesas presbiterales, Mario Valdivia se puso de rodillas frente al obispo contestando con un "si quiero" y un "sí prometo", a todas las preguntas que le hizo el prelado. Luego vino el canto de las letanías donde el diácono se postró, luego fue ungido y revestido por su madre con la estola y la casulla y saludado por todos los sacerdotes presentes.
Posteriormente se postró ante la imagen de Nuestra Señora de La Merced a quien se encomendó. “Quiero servir con abnegación y entrega al pueblo de Dios, te pido el consuelo y la firmeza ante la adversidad".
"Quiero agradecer a Dios por la vida, a mi familia, al seminario, donde me he formado, donde están mis hermanos seminaristas, quisiera poder traerlos a mi corazón, porque son parte de este camino, agradezco a las comunidades por donde anduve a esta comunidad de origen, donde nací y crecí, agradecer a Nuestra Señora de la Candelaria en la Viña, a Los Perales, Sagrado Corazón y Santa Rita y agradecer ahora a la parroquia donde brindo servicio Nuestra Señora de los Dolores de Tumbaya y a cada uno de ustedes parte de la historia de Dios conmigo. Agradezco a todos y recen por mí", destacó más adelante. Luego el sacerdote fue saludado por la comunidad presente.

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Una vez más, la dulce localidad azucarera de La Mendieta, ofrendó otro de sus hijos a la Iglesia para ser servidor de Dios y de los hombres, para llevar el mensaje de amor, de paz, de fe y de esperanza hacia sus hermanos. Así, el padre Mario Alberto Valdivia, se constituyó en el tercer sacerdote mendieteño, que en estos años consagró la Iglesia católica en la provincia de Jujuy. Fue una sentida ceremonia, que tuvo un marco especial por la gran cantidad de feligreses que llegaron a ser partícipes de tan importante acontecimiento, que se vivió a pleno bajo un tórrida jornada y que fue presidida por monseñor César Daniel Fernández y concelebrada por los sacerdotes de toda la Diócesis.
El flamante sacerdote nació en la localidad de La Mendieta el 15 de agosto de 1979, en el seno de su familia constituida por su padre ya fallecido Oscar Valdivia y Margarita Villagrán quien estuvo presente en la ceremonia de ordenación. Según el relato del sacerdote, desde pequeño sintió el llamado de Dios en los grupos juveniles, en la catequesis, en las experiencias de misión y lo siguió haciendo durante su vida hasta que no pudo decirle que no. "Los estudios primarios y secundarios los realice en mi ciudad natal, luego tuve una experiencia de trabajo y estudio en Buenos Aires desde donde regresé acompañado y orientado por un sacerdote para ingresar al seminario de Jujuy Pedro Ortiz de Zárate" comento momentos previos a la ceremonia.
Con una larga procesión de todos los seminaristas, diáconos, sacerdotes y monseñor César Daniel Fernández, comenzó la ceremonia de ordenación, que se realizó en el atrio del templo matriz, el que fue engalanado para la ocasión.
"Vivimos este momento con inmensa alegría porque otro hijo de la comunidad de La Mendieta de la iglesia diocesana, será promovido al ministerio presbiteral, el diácono Mario Alberto, quien está con ustedes junto a su madre, sus hermanos, su familia, están con ustedes lo han visto crecer y desarrollar en él este ministerio de su vocación. Qué significa este ministerio en el cual un hombre joven como muchos, pueda haber escuchado en algún momento el llamado de Dios? Se repite en él, aquello que a lo largo de la historia de la salvación ha sucedido con tantos varones y mujeres, a quienes Dios llamó para que de una forma u otra fueran sus instrumentos en la obra de la salvación", indicó monseñor Fernández en su homilía.
Promesas
Cuando llegó el momento de las promesas presbiterales, Mario Valdivia se puso de rodillas frente al obispo contestando con un "si quiero" y un "sí prometo", a todas las preguntas que le hizo el prelado. Luego vino el canto de las letanías donde el diácono se postró, luego fue ungido y revestido por su madre con la estola y la casulla y saludado por todos los sacerdotes presentes.
Posteriormente se postró ante la imagen de Nuestra Señora de La Merced a quien se encomendó. “Quiero servir con abnegación y entrega al pueblo de Dios, te pido el consuelo y la firmeza ante la adversidad".
"Quiero agradecer a Dios por la vida, a mi familia, al seminario, donde me he formado, donde están mis hermanos seminaristas, quisiera poder traerlos a mi corazón, porque son parte de este camino, agradezco a las comunidades por donde anduve a esta comunidad de origen, donde nací y crecí, agradecer a Nuestra Señora de la Candelaria en la Viña, a Los Perales, Sagrado Corazón y Santa Rita y agradecer ahora a la parroquia donde brindo servicio Nuestra Señora de los Dolores de Tumbaya y a cada uno de ustedes parte de la historia de Dios conmigo. Agradezco a todos y recen por mí", destacó más adelante. Luego el sacerdote fue saludado por la comunidad presente.

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