El presidente estadounidense, Barack Obama, llamó ayer por teléfono a la presidenta de Médicos Sin Fronteras (MSF) para "disculparse" por el ataque aéreo estadounidense contra un hospital de esa organización en Afganistán, que dejó 22 muertos, y prometió una investigación "transparente y objetiva" del bombardeo.
La Casa Blanca informó que, además de las disculpas a la presidenta de MSF, Joanne Liu, el mandatario norteamericano llamó también a su par afgano, Ashraf Ghani, para transmitirle sus condolencias por lo ocurrido en el hospital, donde murieron 12 empleados de MSF y 10 pacientes.
El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, agregó que, durante la llamada a la presidenta de MSF, Obama garantizó que la investigación sobre el ataque que está realizando el Departamento de Defensa será "transparente y objetiva".
Además, Obama se ha comprometido a estudiar las "reformas" necesarias para que este tipo de "tragedias" sean "menos probables" en el futuro, detalló Earnest. "Cuando Estados Unidos comete un error, asumimos la responsabilidad y nos disculpamos cuando es necesario", remarcó el portavoz de Obama.
"El ataque fue un error"
El jefe de las fuerzas de Estados Unidos en Afganistán, el general John Campbell, admitió ayer en una audiencia en el Senado que el ataque al hospital fue un "error" y una "decisión" de la cadena de mando militar estadounidense.
"Un hospital fue golpeado por error. Nunca marcaríamos como objetivo de manera intencional una instalación médica protegida", explicó Campbell ante los senadores.
Además, el general comentó que, "basados en las condiciones sobre el terreno" en Afganistán, cree necesario ofrecer a Obama "opciones diferentes al plan actual", que contempla una reducción de los 9.800 soldados estadounidenses presentes en ese país a partir de mayo de 2016.
Campbell estimó que las tropas estadounidenses "no siguieron" las reglas que rigen un ataque aéreo en el bombardeo del hospital de Kunduz.
Estas "reglas de conducta" del ejército estadounidense dictan que un bombardeo es legítimo sólo en caso de "eliminación de terroristas, protección de soldados estadounidenses en dificultad y en apoyo a las tropas afganas".
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El presidente estadounidense, Barack Obama, llamó ayer por teléfono a la presidenta de Médicos Sin Fronteras (MSF) para "disculparse" por el ataque aéreo estadounidense contra un hospital de esa organización en Afganistán, que dejó 22 muertos, y prometió una investigación "transparente y objetiva" del bombardeo.
La Casa Blanca informó que, además de las disculpas a la presidenta de MSF, Joanne Liu, el mandatario norteamericano llamó también a su par afgano, Ashraf Ghani, para transmitirle sus condolencias por lo ocurrido en el hospital, donde murieron 12 empleados de MSF y 10 pacientes.
El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, agregó que, durante la llamada a la presidenta de MSF, Obama garantizó que la investigación sobre el ataque que está realizando el Departamento de Defensa será "transparente y objetiva".
Además, Obama se ha comprometido a estudiar las "reformas" necesarias para que este tipo de "tragedias" sean "menos probables" en el futuro, detalló Earnest. "Cuando Estados Unidos comete un error, asumimos la responsabilidad y nos disculpamos cuando es necesario", remarcó el portavoz de Obama.
"El ataque fue un error"
El jefe de las fuerzas de Estados Unidos en Afganistán, el general John Campbell, admitió ayer en una audiencia en el Senado que el ataque al hospital fue un "error" y una "decisión" de la cadena de mando militar estadounidense.
"Un hospital fue golpeado por error. Nunca marcaríamos como objetivo de manera intencional una instalación médica protegida", explicó Campbell ante los senadores.
Además, el general comentó que, "basados en las condiciones sobre el terreno" en Afganistán, cree necesario ofrecer a Obama "opciones diferentes al plan actual", que contempla una reducción de los 9.800 soldados estadounidenses presentes en ese país a partir de mayo de 2016.
Campbell estimó que las tropas estadounidenses "no siguieron" las reglas que rigen un ataque aéreo en el bombardeo del hospital de Kunduz.
Estas "reglas de conducta" del ejército estadounidense dictan que un bombardeo es legítimo sólo en caso de "eliminación de terroristas, protección de soldados estadounidenses en dificultad y en apoyo a las tropas afganas".
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