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18 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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El riesgo sísmico jujeño latente preocupa y genera estudios | Consejo de Prevención Sísmica, sismos, Salta, Universidad Nacional de Jujuy

Jueves, 29 de octubre de 2015 01:30
SISMO / LOS DAÑOS Y CONSECUENCIAS SEGÚN LA MAGNITUD DEL TERREMOTO PUEDEN SER MUY PELIGROSAS DE ACUERDO A LA DENSIDAD POBLACIONAL
Con la sucesión de sismos en los últimos días, luego del más reciente del pasado 17 cuando los jujeños sintieron el movimiento de gran magnitud que afectó principalmente a Salta, la prevención sísmica cobra vigencia. El Consejo de Prevención Sísmica creado el año pasado brinda capacitación y encara un estudio para delimitar las zonas peligrosas y un protocolo de evacuación y la realidad geológica jujeña requeriría apuntar al control de construcciones antisísmicas.
Ayer mismo hubo un movimiento en Susques, a las 10.49 de 3,2 de magnitud en la escala de Richter, de una profundidad de 249,7 kilómetros cuyo epicentro fue a 182 km al NO de San Salvador en Susques; el martes hubo otro de 2.7 en la misma zona, el lunes un poco más al sur de 3 grados y el mismo día otro en Catua.
Desde el año pasado el Estado encaró estudios, sin embargo uno anterior, realizado por el exdirector del Instituto de Geología y Minería de Jujuy, de la Universidad Nacional de Jujuy (Unju) y exdirector de la carrera de Geología de la misma, Waldo Chayle junto a la investigadora y licenciada en Geografía Silvia Rosas brinda un panorama.
"Pudimos determinar dos regiones claramente en la provincia de Jujuy: la región del Oeste y la del Este. La primera corresponde fundamentalmente a la Puna y parte de Humahuaca, y la característica de los sismos es que se registran 300 movimientos por año, y se producen a más de 300 kilómetros de profundidad y están relacionados directamente con los movimientos con la placa Sudamericana y la de Nazca", explicó el geólogo Chayle.
Lo determinó en base a la información geológica de Jujuy aportada por el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) y del Servicio Geológico de Estados Unidos, con cuya información realizaron una zonificación de peligro sísmico y luego de riesgo sísmico de la provincia de Jujuy.
Mientras, la región Este, que corresponde a parte de la Quebrada de Humahuaca y Serranías de Zapla, Santa Bárbara y el valle de San Francisco no se registran más de 40 movimientos por año, pero son de poca profundidad. Es que explicó que la mayor cantidad de focos sísmicos ocurren entre los 20 y 25 kilómetros y algunos pueden llegar a 45 kilómetros en el manto de la Tierra, que al ser un material más plástico que la corteza, por lo tanto no se registran estos movimientos.
La otra característica de la región no tiene que ver con un choque de placas sino un reacomodamiento de las Serranías del sector Este. "El problema es que en los valles de Jujuy, Perico y San Francisco está concentrada el 90 % de la población de toda la provincia de Jujuy y están asentados en terrenos que no son aptos desde el punto de vista sísmico porque en general son materiales inconsolidados y semiconsolidados", precisó Chayle.
Según explicó esto se da porque al tratarse de valles constituyen rellenos de sedimentos que provienen de los sectores más elevados.
Mientras la Puna es la más afectada por la densidad de sismos. De hecho en lo que va de este año hubo más de 350 movimientos, y la magnitud puede llegar de 6 a 7 grados en la escala de Richter, pero al ser más desértica, de poca densidad de población y mayor profundidad el impacto no es tanto.
En tanto, en Valles y Serranías de Jujuy en 2013 hubo 77 movimientos sísmicos, en 2014 sólo 12, mientras este años son 26 los movimientos.
Sobre al sismo de gran magnitud de El Galpón en Salta, Chayle explicó que en Jujuy también hay zonas similares como la localidad de El Fuerte que en 2011 tuvo uno de 6.2 de magnitud y produjo revuelo aunque tenga menor población. Es que la iglesia de la localidad tuvo fracturas, hubo casas derrumbadas, paredes apuntaladas, pisos deformados y otros efectos.

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Con la sucesión de sismos en los últimos días, luego del más reciente del pasado 17 cuando los jujeños sintieron el movimiento de gran magnitud que afectó principalmente a Salta, la prevención sísmica cobra vigencia. El Consejo de Prevención Sísmica creado el año pasado brinda capacitación y encara un estudio para delimitar las zonas peligrosas y un protocolo de evacuación y la realidad geológica jujeña requeriría apuntar al control de construcciones antisísmicas.
Ayer mismo hubo un movimiento en Susques, a las 10.49 de 3,2 de magnitud en la escala de Richter, de una profundidad de 249,7 kilómetros cuyo epicentro fue a 182 km al NO de San Salvador en Susques; el martes hubo otro de 2.7 en la misma zona, el lunes un poco más al sur de 3 grados y el mismo día otro en Catua.
Desde el año pasado el Estado encaró estudios, sin embargo uno anterior, realizado por el exdirector del Instituto de Geología y Minería de Jujuy, de la Universidad Nacional de Jujuy (Unju) y exdirector de la carrera de Geología de la misma, Waldo Chayle junto a la investigadora y licenciada en Geografía Silvia Rosas brinda un panorama.
"Pudimos determinar dos regiones claramente en la provincia de Jujuy: la región del Oeste y la del Este. La primera corresponde fundamentalmente a la Puna y parte de Humahuaca, y la característica de los sismos es que se registran 300 movimientos por año, y se producen a más de 300 kilómetros de profundidad y están relacionados directamente con los movimientos con la placa Sudamericana y la de Nazca", explicó el geólogo Chayle.
Lo determinó en base a la información geológica de Jujuy aportada por el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) y del Servicio Geológico de Estados Unidos, con cuya información realizaron una zonificación de peligro sísmico y luego de riesgo sísmico de la provincia de Jujuy.
Mientras, la región Este, que corresponde a parte de la Quebrada de Humahuaca y Serranías de Zapla, Santa Bárbara y el valle de San Francisco no se registran más de 40 movimientos por año, pero son de poca profundidad. Es que explicó que la mayor cantidad de focos sísmicos ocurren entre los 20 y 25 kilómetros y algunos pueden llegar a 45 kilómetros en el manto de la Tierra, que al ser un material más plástico que la corteza, por lo tanto no se registran estos movimientos.
La otra característica de la región no tiene que ver con un choque de placas sino un reacomodamiento de las Serranías del sector Este. "El problema es que en los valles de Jujuy, Perico y San Francisco está concentrada el 90 % de la población de toda la provincia de Jujuy y están asentados en terrenos que no son aptos desde el punto de vista sísmico porque en general son materiales inconsolidados y semiconsolidados", precisó Chayle.
Según explicó esto se da porque al tratarse de valles constituyen rellenos de sedimentos que provienen de los sectores más elevados.
Mientras la Puna es la más afectada por la densidad de sismos. De hecho en lo que va de este año hubo más de 350 movimientos, y la magnitud puede llegar de 6 a 7 grados en la escala de Richter, pero al ser más desértica, de poca densidad de población y mayor profundidad el impacto no es tanto.
En tanto, en Valles y Serranías de Jujuy en 2013 hubo 77 movimientos sísmicos, en 2014 sólo 12, mientras este años son 26 los movimientos.
Sobre al sismo de gran magnitud de El Galpón en Salta, Chayle explicó que en Jujuy también hay zonas similares como la localidad de El Fuerte que en 2011 tuvo uno de 6.2 de magnitud y produjo revuelo aunque tenga menor población. Es que la iglesia de la localidad tuvo fracturas, hubo casas derrumbadas, paredes apuntaladas, pisos deformados y otros efectos.

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