Libby Lane se convirtió en la primera obispa de la Iglesia de Inglaterra, anglicana, en una ceremonia en la espléndida catedral gótica de York que pone fin a cinco siglos de discriminación. Elizabeth Jane Holden Lane, de 48 años, es la nueva obispa de Stockport, y la primera mujer en asumir esta función desde que en 1534 el rey Enrique VIII fundó la Iglesia de Inglaterra, la primera de la Iglesia anglicana.
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Libby Lane se convirtió en la primera obispa de la Iglesia de Inglaterra, anglicana, en una ceremonia en la espléndida catedral gótica de York que pone fin a cinco siglos de discriminación. Elizabeth Jane Holden Lane, de 48 años, es la nueva obispa de Stockport, y la primera mujer en asumir esta función desde que en 1534 el rey Enrique VIII fundó la Iglesia de Inglaterra, la primera de la Iglesia anglicana.
Sus superiores jerárquicos posaron las manos en su cabeza y pronunciaron la oración de la consagración ante las 2.000 personas reunidas en el templo. “Haz descender el espíritu de tu servidora Libby para el oficio y labor de obispa en tu Iglesia”, dijeron. Lane, con un hábito negro, blanco y violeta, afirmó su fe y hizo juramento de obediencia y lealtad durante la ceremonia de dos horas celebrada el día de ayer.
Cuando se le preguntó a la congregación si aceptaban la ordenación de Lane, la mayoría respondió que sí, pero se escuchó que alguien gritó “¡no, no está en la Biblia!”.
Lane, casada con otro sacerdote y madre de dos hijos, estaba acompañada en la ceremonia por Justin Welby, arzobispo de Canterbury, líder eclesiástico de la Iglesia anglicana, y por John Sentamu, obispo de York, segundo en rango de importancia.
Libby Lane toca el saxofón y es del Manchester United, y en 1994 ya se convirtió en una de las primeras mujeres sacerdotes, en la misma ceremonia de ordenación de su marido. La nueva obispa estudió teología en la Universidad de Oxford y desde 2007 ejercía de vicaria de la diócesis de Chester, en la región inglesa de Manchester y admitió que se siente intimidada por el reto que afronta, pero lo hará con responsabilidad.
Es la primera obispa de la Iglesia de Inglaterra, pero no de la anglicana, porque ya existen en Gales, Estados Unidos, Australia, Canadá y Suazilandia mujeres con ese cargo.
Su nombramiento pudo producirse porque el sínodo cambió las reglas para permitir la elección, y el parlamento británico y la reina aceptaron el cambio.
La enmienda que abrió la puerta al nombramiento fue bautizada como “Canon 33” y establece que “un hombre o una mujer pueden consagrarse a la función de obispo”.
La singularidad de Lane podría acabar pronto porque en este 2015 está prevista la sucesión de los obispos de Leicester, Gloucester, Oxford y Newcastle y se espera a una mujer entre los elegidos.
La comunidad anglicana cuenta con 80 millones de fieles en 165 países y su líder supremo es el rey de Inglaterra, en este caso Isabel II.