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26 de Julio,  Jujuy, Argentina
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Imagen del Niño Dios lloró ante una multitud

Miércoles, 14 de enero de 2015 00:00
<p>NIÑO DIOS/ LA IMAGEN CON LÁGRIMAS EN LOS OJOS. OCURRIÓ EN DISTINTAS OPORTUNIDADES.</p>

Y este tiempo navideño dejó en miles de corazones, un regocijo inmenso, particularmente en aquellos que tuvieron la feliz dicha de ser testigos de tan hermoso mensaje que Dios, a través de las lágrimas de la imagen del Niño Dios, ha querido dejar en el Ramal jujeño.

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Y este tiempo navideño dejó en miles de corazones, un regocijo inmenso, particularmente en aquellos que tuvieron la feliz dicha de ser testigos de tan hermoso mensaje que Dios, a través de las lágrimas de la imagen del Niño Dios, ha querido dejar en el Ramal jujeño.

Y Dios quiso manifestarse en el seno de la humilde familia de doña María Gallardo, que reside junto a sus hijos y nietos, en el antiguo lote Don Emilio, jurisdicción de la localidad de La Mendieta. Y eligió la simpleza de esa morada, como lo hizo por aquel entonces en un humilde pesebre y para lo que pudo ser en otros lares, una gran noticia, para la familia, fue tan sólo una manifestación de Dios y así lo asumió, siempre desde la fe, que sabe guardar todo en el corazón.

En los primeros minutos de la Navidad, cuando tras el tradicional rito del “alumbramiento” y habiendo colocado la imagen en el pesebre, la familia se disponía a compartir la cena, los chicos vieron que el rostro del Niño estaba mojado y corrieron a avisar a los mayores. Una de las hijas de la dueña de casa, pensando que alguien le había hecho caer agua, tomó un pañuelo, secó los ojos y volvió a colocar la imagen en el pesebre familiar. Al cabo de unos minutos, toda la familia contempló con gran asombro, que de los ojos del Niño seguían cayendo lágrimas. Todos se arrodillaron y rezaron, quizás sin saber qué es lo que ocurría, más desde su fe, supieron guardar ese “secreto” en lo más íntimo de su ser. Muchos interrogantes, pasaron por sus mentes, pero la familia permaneció en silencio, orando junto a la imagen y considerando haber recibido una bendición.

Habían transcurrido tres días, cuando uno de los chicos pidió que llevaran al Niño a visitar a uno de los pesebres de barrio La Merced, porque es tradición que “al Niño se lo adore”. Y hasta allí llegó la familia, llevando la imagen que fue colocada junto a las demás, donde numerosas familias, particularmente, niños y jóvenes, comenzaron con su danza de adoración. Fue en ese momento cuando la imagen, ya delante de todos los presentes, volvió a llorar. Cada uno de los que estaban en el lugar comenzó a tomar gracia, a pedir particularmente por la salud. Y así, con esa rara mezcla de alegría y el desconcierto de no saber qué es lo que pasaba, se retiraron a sus hogares.

Segunda manifestación

Al otro día la imagen del Niño del lote Don Emilio llegó a visitar el pesebre “Chiquititos de Belén”, del barrio Albornoz, según relató la dueña de casa, hasta ese momento, nadie había llegado a visitarla, pero en esa jornada, fueron numerosos los pesebres. Esa noche, y nuevamente ante la mirada atónita de todos, la imagen volvió a llorar y fue allí cuando las familias comenzaron a llamar a los medios para poner en conocimiento de toda la comunidad sobre lo que consideraron “un milagro”. A la noche siguiente, en ese mismo pesebre, la imagen, permaneció con los ojos humedecidos.

Desde ese día, gran cantidad de personas llegó hasta el lote azucarero, para tomar gracia de la imagen. Y en la fiesta de la Epifanía, el párroco de La Mendieta Marcos Tosín a pedido de la gente, ofició la Misa en el pesebre de la familia Gallardo Ruiz.

“El padre nos dijo que Dios siempre se manifiesta a través de señales, lo hizo con María cuando envió al ángel para anunciarle que concebiría en su vientre al Salvador del mundo, lo hizo con los Reyes Magos, que siguieron la estrella hasta encontrar al Niño, y hoy Dios, vuelve a manifestarse a su pueblo, y lo hace a través de señales, tenemos que saber interpretar las señales, tenemos que descubrir qué es lo que Dios quiere de nosotros, qué es lo quiere decirnos”, dijo una de las integrantes de la familia, Noemí Ruiz.

Nadie supo explicar desde la lógica por qué lloró la imagen. Uno de los nietos que cursa los estudios en la Escuela Técnica, había dicho la primera noche que podía tratarse de un fenómeno químico, ya que la imagen fue sahumada y con el barniz, pudo haber hecho esa reacción. Pero esa idea fue dejada de lado cuando las otras noches, sin ser sahumada, en momentos en que recibía la adoración, la imagen volvía a llorar.

Una historia más que habla de milagros, milagros cotidianos que la gente en lejanos parajes recibe, vive con gran fe y guarda en su corazón, pero esta vez quisimos compartirla con todos, para que guardemos la esperanza de saber que “los milagros” existen y porque todos disfrutamos día a día de uno de ellos, la vida, porque la vida de por sí, es el mayor de los milagros.

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