Las pruebas que se ventilaron a lo largo del debate fueron contundentes y por esta razón el Tribunal Criminal III, unánimemente, condenó a "prisión perpetua" a José María Olivera (22), acusado de robar y asesinar al vendedor de autos Luis Assef.
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Las pruebas que se ventilaron a lo largo del debate fueron contundentes y por esta razón el Tribunal Criminal III, unánimemente, condenó a "prisión perpetua" a José María Olivera (22), acusado de robar y asesinar al vendedor de autos Luis Assef.
El fallo dispositivo del juicio oral y público se llevó a cabo durante el mediodía de ayer y fue emitido por los jueces Antonio Llermanos (presidente de trámite), Luis Ernesto Kamada y Cecilia Sadir (habilitada).
Al respecto debemos decir que Olivera -defendido técnicamente por el letrado Rodrigo Teglia- fue enjuiciado y condenado como autor del delito de "homicidio criminis causa" .
Sobre las pruebas, el fiscal de Cámara, Gustavo Almirón, como los patrocinantes de la querella adhesiva, fueron contundentes con las acusaciones en contra del encartado.
Mentiras verdaderas
Esto surgió de los mismos alegatos, en el que el titular del ministerio público fiscal fue contundente al expresar que "Olivera mintió al decir que conocía a la víctima de vista", porque "quedó acreditado, por el testimonio de Ortega, que Olivera era amigo de la víctima y que concurría asiduamente a su domicilio", indicó.
Sumado a esto el fiscal confirmó que "el acusado también refirió en su testimonio que había comprado el Fiat "Palio" gris a un tal "Gallito" por la suma de 5 mil pesos", y agregó que "todos pudimos escuchar a los investigadores del caso corroborar que el señor Gallo nunca existió, al igual que su domicilio, también había sido descripto por el acusado..."
Ese Fiat "Palio", al que aludió el fiscal, pertenecía a Luis Assef y le había sido robado posterior a su crimen.
Sobre la venta de ese auto, Almirón fue contundente al indicar que "el acusado vuelve a mentir cuando relata ante la investigación que él había comprado el automóvil durante el mediodía y tarde de ese 25 de febrero del 2012" porque "esto queda acreditado luego por el testigo Ocampo, quien era empleador de Olivera, y refirió que durante la mañana del citado día, el acusado le fue a vender una cámara digital, que luego se la terminó regalando".
Justamente, refirió el fiscal, "el testimonio de Ortega prueba que Olivera es mendaz, porque la cámara que le ofreció al testigo, era la cámara de fotos que Assef llevaba siempre, según confirman sus amigos, en la gaveta de su auto y era imposible que la misma estuviera en poder del acusado, antes de que supuestamente comprara el automóvil... "
Para finalizar su alegato el fiscal, utilizando la retórica, preguntó " ¿cómo el acusado pudo ofrecer una cámara de fotos que se encontraba en la gaveta de un automóvil que compró horas más tarde? ..."
Posterior a esto Almirón solicitó que Olivera fuera condenado a la pena de "prisión perpetua".