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14 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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Definieron como será el futuro de Obama en la Casa Blanca

Miércoles, 05 de noviembre de 2014 00:00
Las elecciones de mitad de mandato, en las que se renuevan los 435 escaños de la Cámara de Representantes, 33 de los 100 del Senado y los gobernadores de 36 de los 50 estados, no captan en general el interés de los votantes activos en Estados Unidos, donde el sufragio no es obligatorio.

La participación promedio no supera al 40 por ciento del electorado habilitado para votar, comparado con el 60 por ciento en las presidenciales.

Esto, sumado al descontento de la gente por el desempeño de Obama, hizo que los republicanos sacaran provecho y convirtieran esta contienda en un referéndum contra el presidente y sus políticas.

La insatisfacción con Obama quedó reflejada en un sondeo a boca de urna que no obstante mostró también que el liderazgo republicano no tiene tampoco gran aceptación popular.

La encuesta, que es elaborada desde hace años para CNN y algunas de las principales cadenas y medios estadounidenses, mostró que apenas 1 de cada cinco votantes confía en que el gobierno haga lo correcto la mayor parte del tiempo o todo el tiempo.

Además, ocho de cada 10 votantes dijeron desaprobar la forma en que el Congreso está haciendo su trabajo.

El 60% de los votantes se manifestó insatisfecho o molesto tanto con el desempeño de Obama como con el del liderazgo de los republicanos en el Congreso.

Sólo el 25% dijo estar conforme con Obama y con los líderes republicanos.

Con amplia experiencia en el gobierno federal donde se desempeñó como economista hasta hace pocos meses atrás, Martin Murely, un votante demócrata de la ciudad de Washington, reconoció que después de seis años de una misma administración ve como algo normal que la gente esté "cansada".

Además, tras una fuerte crisis económica por la que atravesó el país y de la cual "no se recuperó lo suficiente" aún y con los problemas con los que lidia la administración Obama en lo que hace a la agenda de política exterior, es lógico "que la gente esté frustrada", dijo en diálogo con Télam mientras ejercía como voluntario del partido demócrata afuera de un centro de votación al norte de la ciudad.

Este escenario hace viables las proyecciones de los sondeos que dan factible una victoria republicana en el Senado, algo que convertiría los dos últimos años de Obama en la Casa Blanca en una continua y seguramente desgastante disputa con la oposición por avanzar con sus propuestas.

Para Murley, al igual que para varios analistas, de perder el Senado, el camino que le quedará a Obama será el de gobernar con decretos.

Las elecciones de hoy, las cuales serán las más caras de la historia al contabilizar un gasto de al menos 3.67o millones de dólares entre los candidatos y partidos, marcarán además el terreno para la próxima campaña presidencial en 2016.

Tanto demócratas como republicanos saben que a partir de enero, con el nuevo Congreso ya conformado, el siguiente gran objetivo que guiará sus políticas será la pelea por ocupar el sillón del Salón Oval en la Casa Blanca.
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Las elecciones de mitad de mandato, en las que se renuevan los 435 escaños de la Cámara de Representantes, 33 de los 100 del Senado y los gobernadores de 36 de los 50 estados, no captan en general el interés de los votantes activos en Estados Unidos, donde el sufragio no es obligatorio.

La participación promedio no supera al 40 por ciento del electorado habilitado para votar, comparado con el 60 por ciento en las presidenciales.

Esto, sumado al descontento de la gente por el desempeño de Obama, hizo que los republicanos sacaran provecho y convirtieran esta contienda en un referéndum contra el presidente y sus políticas.

La insatisfacción con Obama quedó reflejada en un sondeo a boca de urna que no obstante mostró también que el liderazgo republicano no tiene tampoco gran aceptación popular.

La encuesta, que es elaborada desde hace años para CNN y algunas de las principales cadenas y medios estadounidenses, mostró que apenas 1 de cada cinco votantes confía en que el gobierno haga lo correcto la mayor parte del tiempo o todo el tiempo.

Además, ocho de cada 10 votantes dijeron desaprobar la forma en que el Congreso está haciendo su trabajo.

El 60% de los votantes se manifestó insatisfecho o molesto tanto con el desempeño de Obama como con el del liderazgo de los republicanos en el Congreso.

Sólo el 25% dijo estar conforme con Obama y con los líderes republicanos.

Con amplia experiencia en el gobierno federal donde se desempeñó como economista hasta hace pocos meses atrás, Martin Murely, un votante demócrata de la ciudad de Washington, reconoció que después de seis años de una misma administración ve como algo normal que la gente esté "cansada".

Además, tras una fuerte crisis económica por la que atravesó el país y de la cual "no se recuperó lo suficiente" aún y con los problemas con los que lidia la administración Obama en lo que hace a la agenda de política exterior, es lógico "que la gente esté frustrada", dijo en diálogo con Télam mientras ejercía como voluntario del partido demócrata afuera de un centro de votación al norte de la ciudad.

Este escenario hace viables las proyecciones de los sondeos que dan factible una victoria republicana en el Senado, algo que convertiría los dos últimos años de Obama en la Casa Blanca en una continua y seguramente desgastante disputa con la oposición por avanzar con sus propuestas.

Para Murley, al igual que para varios analistas, de perder el Senado, el camino que le quedará a Obama será el de gobernar con decretos.

Las elecciones de hoy, las cuales serán las más caras de la historia al contabilizar un gasto de al menos 3.67o millones de dólares entre los candidatos y partidos, marcarán además el terreno para la próxima campaña presidencial en 2016.

Tanto demócratas como republicanos saben que a partir de enero, con el nuevo Congreso ya conformado, el siguiente gran objetivo que guiará sus políticas será la pelea por ocupar el sillón del Salón Oval en la Casa Blanca.

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