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Los 43 estudiantes pudieron haber sido quemados en una hoguera

Sabado, 15 de noviembre de 2014 00:00
Forenses argentinos ayudan a México
Lorena Valencia Caballero, jefa de la Unidad de Investigación de la licenciatura en Ciencias Forenses de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseguró que para realizar ese tipo de quema se requieren conocimientos mutidisciplinarios para conocer las condiciones ambientales, geológicas, físicas y químicas.

Sin embargo, especialistas que forman parte de la Red Iberoamericana de Instituciones de Medicina Legal y Ciencias Forenses sostienen que estudios internacionales han establecido que una llanta quemada genera una temperatura de 1.600 grados centígrados, la misma que provoca que los huesos de una persona prácticamente se fusionen.

Ante ello, estimaron factible que el grupo criminal incinerara los cuerpos de los estudiantes al mantener una hoguera con neumáticos y leña durante 14 horas.

A su vez, Valencia Caballero explicó que cuando un cuerpo humano se somete a un proceso de cremación tradicional (dentro de un horno que llega a alcanzar una temperatura hasta de 940 grados centígrados) los restos no pueden quedar totalmente pulverizados, pues ciertos huesos, y sobre todo la dentadura, son difíciles de destruir y por tanto deben ser sometidos posteriormente a un proceso de trituración.

La académica de la UNAM fue entrevistada en torno de los avances que dio a conocer el procurador Jesús Murillo Karam sobre la investigación del caso Ayotizinapa, y expuso que los estudiantes habrían sido calcinados en una hoguera que tuvo como base llantas y leña, y como aceleradores, nafta y diesel plástico, reseñó el diario La Jornada en su portada digital.

''No cuento con las evidencias sobre ese caso particular, pero puedo aportar mis conocimientos sobre la literatura relacionada con los crematorios. En estos hornos la temperatura oscila entre los 600 y 940 grados centígrados; se trata de hornos cerrados diseñados para quemar un cuerpo, que puede tardar en calcinarse de dos a cinco horas, dependiendo de la temperatura y la complexión del individuo", apuntó la facultativa.

Agregó que "aún después de este proceso se necesita un segundo, que es la trituración de algunos huesos y de la dentadura.

Estos restos que no se alcanzan a pulverizar deben pasar por una máquina para finalmente transformarlos en cenizas. Se habla de que se usó una cerca de piedras, pero, ¿hasta qué punto se tiene conocimiento para controlar eso? En un ambiente así (el basurero) es complejo evitar que el fuego se propague".

''Además, hay otros factores, como el control que se puede tener de la temperatura, el medio ambiente, el clima, la ubicación del terreno, la cantidad de cuerpos, el viento, la humedad, la altura y los materiales usados para la combustión", refirió.

Los que llevaron a cabo esa acción debieron contar con conocimientos para calcular la cantidad de material combustible (diésel, llantas, leña) necesarios para mantener por horas encendida una hoguera para quemar tantos cuerpos, y para lograr una temperatura constante en la misma, evaluó la académica.
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Lorena Valencia Caballero, jefa de la Unidad de Investigación de la licenciatura en Ciencias Forenses de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseguró que para realizar ese tipo de quema se requieren conocimientos mutidisciplinarios para conocer las condiciones ambientales, geológicas, físicas y químicas.

Sin embargo, especialistas que forman parte de la Red Iberoamericana de Instituciones de Medicina Legal y Ciencias Forenses sostienen que estudios internacionales han establecido que una llanta quemada genera una temperatura de 1.600 grados centígrados, la misma que provoca que los huesos de una persona prácticamente se fusionen.

Ante ello, estimaron factible que el grupo criminal incinerara los cuerpos de los estudiantes al mantener una hoguera con neumáticos y leña durante 14 horas.

A su vez, Valencia Caballero explicó que cuando un cuerpo humano se somete a un proceso de cremación tradicional (dentro de un horno que llega a alcanzar una temperatura hasta de 940 grados centígrados) los restos no pueden quedar totalmente pulverizados, pues ciertos huesos, y sobre todo la dentadura, son difíciles de destruir y por tanto deben ser sometidos posteriormente a un proceso de trituración.

La académica de la UNAM fue entrevistada en torno de los avances que dio a conocer el procurador Jesús Murillo Karam sobre la investigación del caso Ayotizinapa, y expuso que los estudiantes habrían sido calcinados en una hoguera que tuvo como base llantas y leña, y como aceleradores, nafta y diesel plástico, reseñó el diario La Jornada en su portada digital.

''No cuento con las evidencias sobre ese caso particular, pero puedo aportar mis conocimientos sobre la literatura relacionada con los crematorios. En estos hornos la temperatura oscila entre los 600 y 940 grados centígrados; se trata de hornos cerrados diseñados para quemar un cuerpo, que puede tardar en calcinarse de dos a cinco horas, dependiendo de la temperatura y la complexión del individuo", apuntó la facultativa.

Agregó que "aún después de este proceso se necesita un segundo, que es la trituración de algunos huesos y de la dentadura.

Estos restos que no se alcanzan a pulverizar deben pasar por una máquina para finalmente transformarlos en cenizas. Se habla de que se usó una cerca de piedras, pero, ¿hasta qué punto se tiene conocimiento para controlar eso? En un ambiente así (el basurero) es complejo evitar que el fuego se propague".

''Además, hay otros factores, como el control que se puede tener de la temperatura, el medio ambiente, el clima, la ubicación del terreno, la cantidad de cuerpos, el viento, la humedad, la altura y los materiales usados para la combustión", refirió.

Los que llevaron a cabo esa acción debieron contar con conocimientos para calcular la cantidad de material combustible (diésel, llantas, leña) necesarios para mantener por horas encendida una hoguera para quemar tantos cuerpos, y para lograr una temperatura constante en la misma, evaluó la académica.
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