La geografía jujeña se hizo respetar. La provincia tiene lugares excepcionales para la práctica de este deporte y obligó a los competidores a sortear los diferentes obstáculos.
El cerro de barrio Chijra, allí se hizo el extreme test, fue uno de los puntos más elogiados, ya que se mezcló el “sendero” marcado como camino y la espesa vegetación con algunas pinceladas iluminadas por un rayo solar que llegó a infiltrarse entre las copas de los árboles.
Pero Juan Galán no tuvo nada que envidiar, aunque se transitó a buena velocidad, el camino dejó algunas sorpresas que los pilotos pudieron superar.
Todo salió según lo planificado, los propios pilotos lo manifestaron y se fueron más que conforme con la idea de poder regresar el próximo año y superar el desafío que demanda el Enduro Urbano.