°
11 de Septiembre,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Momentos de descanso

Sabado, 11 de mayo de 2013 21:12

Uno puede exigirle a la vida momentos de descanso, pero no pasan esas cosas en estos laberintos humanos porque, ni bien se fueron Juan Bautista de los Montes y el hijo del Diablo con las cosas que me habían ganado a la generala, por la misma puerta entraba una rubia platinada con boina rosa.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Uno puede exigirle a la vida momentos de descanso, pero no pasan esas cosas en estos laberintos humanos porque, ni bien se fueron Juan Bautista de los Montes y el hijo del Diablo con las cosas que me habían ganado a la generala, por la misma puerta entraba una rubia platinada con boina rosa.

La boina la llevaba levemente ladeada al modo francés en que las usaban las actrices norteamericanas de las películas policiales que solía ver en mi infancia, dejó la ceniza de su cigarrillo en el plato de café que hacía las veces de cenicero junto al brebaje barato que hacía las veces de vino, abrió su pequeña cartera de cuero acocodrilado y me acercó un papel doblado en cuatro.

Lleno de ilusiones, lo desdoblé sin por ello dejar de relojearle una rodilla que se resistía al abrazo de la falda. La pierna, en todo caso, era más linda que la letra en la que se me pedía que saliera con ella del bar como si nos conociéramos, y que camináramos rumbo a la calle Bolivar.

La tomé de la cintura como si fuesen esas las instrucciones y salimos, olvidándome palmariamente de la compañía del peluquero que había quedado atrás y que no extrañaba. Ir con una mujer tan bonita es algo que uno disimula, pero antes de llegar a la ferretería de Vázquez frenó a nuestro lado una larga limusina negra que abrió la puerta invitándonos a subir.

Junto al conductor, que ya había apretado el acelerador con destino al puente que nos sacó a la ruta, un hombre trajeado me apuntaba en la nariz con un arma que no parecía ser de juguete.


 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD