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11 de Septiembre,  Jujuy, Argentina
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To friburg university

Sabado, 09 de marzo de 2013 19:05

Por Ricardo Dubín

La versión oficial sobre el último de los carnavales fue que en un antiguo calendario quebradeño, hallado en las cercanías de Perchel, se contaban exactamente los carnavales posibles que, como demostraba Stephan Winniput, ya se habían cumplido. Como ese hallazgo fue llevado para su estudio a la universidad de Friburgo, de la que Winniput era un alto académico, nadie más pudo discutir su tesis.

Luego corrieron otros rumores sobre supuestas profecías que, con el nombre de Maldición de Winniput, se dice que se desprendían de la interpretación del ya conocido mundialmente como Tiesto de Perchel. No faltó la esposa que entre esas Maldiciones encontrara la causa de que se le quemara la cena, cuando su marido le explicaba que no fue su intención engañarla sino una consecuencia más del importante descubrimiento de Winniput.

Los niños en las escuelas, cuando no llevaban la tarea requerida por sus educadores, sólo necesitaban decir la palabra Winniput a modo de disculpa, y más de un político recurrió al mismo argumento para explicar su fracaso una vez electo, pero lo que nos tiene aquí no es eso, que no pasa de lo común, sino el fin del Carnaval.

Y lo más extraño no fue que nadie asistiera al entierro de ese póstumo Diablito, sino que a nadie le llamara la atención porque no hay drama que cale más hondo en la cultura que aquel que se toma como algo que no puede dejar de pasar. Acaso alguien, como quien olvida algo, se dijo ese domingo de Carnaval Chico que debía estar haciendo algo que no recordaba, y no hubo más que eso.

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