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16 de Octubre,  Jujuy, Argentina
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Uruguay se sumó al reducido grupo de países que legalizaron la eutanasia:

Solo nueve países aprobaron este procedimiento. En otros se permite el “suicidio asistido”. Qué es la “muerte digna”. 

Jueves, 16 de octubre de 2025 08:50

Uruguay se sumó este miércoles a una reducida lista de países que legalizaron la eutanasia.

Se trata de un derecho ganado en pocos países, en su mayoría europeos, algunos por tratamiento legislativo y en otros por vía judicial, que llegó recién con el nuevo siglo. El primero, de hecho, fue Países Bajos, que lo aprobó en 2002.

Desde entonces, la eutanasia fue regulada en cuatro países europeos, dos latinoamericanos, uno de América del Norte y otro de Oceanía.

En otros países, como Suiza, se permite el suicidio asistido.

La diferencia es simple: en la eutanasia el médico es el que activa el mecanismo que acabará con la vida del paciente. En cambio, en el suicidio asistido el especialista solo provee los fármacos necesarios para llevar a cabo el procedimiento que se convierte en un acto individual.

En la Argentina la eutanasia y el suicidio asistido no están permitidos. Sin embargo, en 2012, se aprobó la llamada ley de “Muerte digna”, que autoriza a pacientes terminales, o sus familiares, a rechazar tratamientos que extiendan el sufrimiento. Es lo que en la jerga médica se conoce como “eutanasia pasiva”.

Qué países legalizaron la eutanasia en el mundo

El Senado uruguayo aprobó la ley de eutanasia después de meses de debates.

“En un mundo donde nuestras libertades personales están cada vez más bajo presión, esta es una noticia crucial desde Uruguay. Un gobierno no puede controlar tu vida ni la mía. Eso depende de vos. El derecho a la eutanasia es la forma más pura de libertad que un ser humano puede poseer. Por supuesto, es importante que se realice con cuidado y solo cuando no haya otra opción. Viví esto con mi propio padre. Su sufrimiento se había vuelto insoportable y no tenía esperanzas. Después de muchas consultas, optó por la eutanasia. Alguien que sufre tanto debe tener la libertad de tomar esta difícil decisión. Fue un momento muy difícil y triste, pero me enorgullece que hayamos introducido esta ley en los Países Bajos hace casi 20 años", dijo a TN el periodista neerlandés Peter Schouten, corresponsal en Buenos Aires del diario Algemeen Dagblad, de Rotterdam.

Su padre, enfermo terminal de cáncer, se sometió a eutanasia en Países Bajos en 2017.

La eutanasia rige en unos pocos países del mundo. La lista es la siguiente:

Países Bajos. Fue el país pionero en instrumentar por vía legislativa este procedimiento. Lo hizo en abril de 2002, después de varios fallos judiciales que sembraron el camino.

Bélgica. Su vecino lo siguió un mes después. También aceptó el suicidio asistidio. Además, se convirtió en el primer país en el mundo en aprobar la eutanasia para niños enfermos terminales menores de 12 años.

Luxemburgo. Se sumó en marzo de 2009. Los pacientes pueden acceder a este derecho tras el visto bueno de dos médicos y un panel de expertos.

Colombia. Fue el primer país latinoamericano en aprobarla en 1997 por vía judicial. Entonces la Corte Constitucional la consagró como un derecho en caso de enfermedad terminal. Hace cuatro años, el tribunal lo amplió a pacientes con un intenso sufrimiento físico o psíquico. Pero este año fracasó un proyecto legislativo para regular la eutanasia ya que, a juicio de especialistas, existen aún barreras para acceder al procedimiento.

Canadá. Fue legalizada junto al suicidio asistido en junio de 2016. Se la conoce como una técnica de “asistencia médica para morir”. También se requiere la aprobación de dos médicos y la presencia de dos testigos independientes.

Nueva Zelanda. Se aprobó en una consulta popular en 2020. Fue el primer país del mundo en aprobar la eutanasia en un referéndum. Quienes accedan a este derecho deben ser mayores de 18 años y contar con la aprobación de dos médicos.

España. Está permitida por vía legislativa desde 2021. Puede ser solicitada por pacientes con una enfermedad “grave e incurable” o un “padecimiento grave, crónico e imposibilitante” que afecte a la autonomía y genere un sufrimiento “constante e intolerable”.

Ecuador: En un fallo histórico, la Corte Constitucional despenalizó la eutanasia en febrero de 2024 tras una demanda presentada por una mujer que sufría esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Desde entonces los pacientes que quieran acceder a este derecho deben probar que tienen una enfermedad incurable que cause sufrimiento intenso. También se solicita informes médicos y psicológicos.

En otros países, como en Suiza, se permite el suicidio asistido. También en estados de otras naciones como en los casos de Estados Unidos (California, Colorado, Hawái, Maine, Nueva Jersey, Oregón, Vermont y Washington y también en el Distrito de Columbia) o Australia (Victoria y Western Australia). Italia y Alemania permitieron este tipo de práctica por vía judicial y bajo ciertas circunstancias. Hay otros países en que la eutanasia está penalizada, pero fallos judiciales permitieron casos aislados de muerte asistida. En Perú, por ejemplo, Ana Estrada Ugarte murió el 21 de abril de 2024 tras someterse a este tipo de procedimiento por autorización judicial.

¿Qué pasa en la Argentina?

En la Argentina, el Senado aprobó en 2012 una ley que autoriza a rechazar tratamientos que prolongan artificialmente la vida de pacientes con síntomas terminales o irreversibles. Lo mismo pasa en Chile y en los estados mexicanos de Aguascalientes y Michoacán, así como en el Distrito Federal.

Ariel Antik, jefe de Terapia Intensiva del Hospital Durand de la Ciudad de Buenos Aires, explicó a TN que esta ley “habla de los derechos del paciente a rechazar procedimiento médicos, incluyendo hidratación y alimentación por vía artificial cuando prolongan en forma innecesaria el proceso de morir”.

“También respalda la posibilidad de abstenerse de medidas de soporte vital cuando resulten fútiles o desproporcionadas”, indicó. De esa manera, con el aval del paciente o su familia, se evita la agonía.

“Esto no se considera eutanasia, sino que permite que el paciente haga su evolución natural hacia la muerte”, señaló.

Antik dijo que el proceso comienza con una indicación del equipo de salud sobre el pronóstico vital del paciente. “Después se lo comunica a la familia y se le explica la condición clínica. Si la familia acompaña la decisión médica, se deja constancia en la historia clínica y la familia firma el consentimiento”, indicó.

Pero también la ley prevé la posibilidad de que el mismo paciente dé un “consentimiento informado”.

“El paciente puede decidir, por ejemplo, si tiene un cuadro neurodegenerativo, que no quiere que le coloquen un respirador. El paciente da directivas anticipadas y se firma un documento. En esos casos se le da una sedación paliativa para evitar el sufrimiento del paciente”, concluyó.

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